Logística y Distribución
Ciberseguridad: cómo la automatización logística eleva la superficie de riesgo
La aceleración digital en bodegas, transporte y sistemas integrados impulsa eficiencia, pero también multiplica vulnerabilidades en cadenas cada vez más conectadas. Estudios recientes advierten que la adopción de IA, robótica y agentes autónomos avanza más rápido que los controles, obligando a reforzar la gobernanza tecnológica para asegurar continuidad operacional.
La digitalización se ha convertido en un eje central para la operación logística moderna, con un avance acelerado en automatización, analítica y conectividad. Diversos estudios proyectan que la adopción de inteligencia artificial y robótica será decisiva para sostener la eficiencia operativa y la visibilidad en las cadenas de suministro durante la próxima década, aun cuando persisten brechas tecnológicas y falta de personal especializado para su implementación a gran escala.
En paralelo, los reportes advierten que esta transición tecnológica eleva de forma significativa la exposición a ciberamenazas. Incluso, siete de cada diez ejecutivos anticipan que los riesgos de ciberseguridad afectarán directamente sus redes logísticas hacia 2030, lo que obliga a reforzar la protección de datos y la continuidad operacional en entornos cada vez más automatizados.
La tecnología está redefiniendo la operación logística y los sistemas de gestión de bodegas (WMS), sensores IoT, robots autónomos y plataformas conectadas han permitido acelerar procesos, reducir errores y optimizar la trazabilidad. El problema es que cada uno de estos dispositivos pueden ser vulnerables si no se toman las precauciones necesarias. Algunos aún funcionan con software antiguos o sin las actualizaciones de seguridad necesarias, lo que los convierte en blancos fáciles.
Ejemplos en la industria logística hay muchos y uno de los ataques más importantes fue el del ransomware NotPetya que en el año 2017 paralizó la operación global de A.P. Moller‑Maersk impactando 80 terminales portuarias y provocando pérdidas por cerca de 300 millones de dólares. Se suma a la lista la empresa logística Toll Group que en el año 2020 vio sus sistemas de reserva bloqueados provocando importantes retrasos en las entregas y la consiguiente pérdida de confianza de clientes.
Por estas razones, la ciberseguridad se consolida como una preocupación central en las cadenas de suministro con un 70% de las organizaciones evaluando como “muy alto” el riesgo asociado a proveedores y socios externos, según un informe de ISC2. La falta de visibilidad sobre las prácticas de seguridad de terceros emerge como la principal vulnerabilidad, afectando especialmente a sectores interconectados como servicios financieros, salud y logística.
El estudio reporta que el 28% de las organizaciones experimentó incidentes vinculados a proveedores en los últimos dos años, cifra que aumenta en grandes compañías y en industrias críticas. Las amenazas más frecuentes incluyen violaciones de datos, fallas en software de terceros y accesos no autorizados mediante credenciales externas, junto con un aumento de alertas por riesgos internos y uso de herramientas de IA sin controles adecuados.
Como respuesta, la mayoría de las organizaciones exige estándares como ISO 27001, NIST o SOC 2 a sus proveedores, incorporando auditorías, autenticación multifactor y protocolos de notificación. Pese a ello, un 10% aún carece de un programa formal de gestión de riesgos en la cadena de suministro. El informe concluye que la visibilidad y la coordinación con terceros se vuelven condiciones estratégicas para asegurar operaciones resilientes en 2025 y 2026.
Por otra parte, la adopción de agentes de inteligencia artificial creció con rapidez durante 2025 pasando de pilotos acotados a operaciones críticas en compañías de múltiples sectores. El estudio de Akto muestra un uso transversal y acelerado: el 70% de las organizaciones utiliza algún tipo de agente y casi cuatro de cada diez ya los aplican a nivel corporativo. Sin embargo, esta expansión avanza más rápido que los equipos de seguridad, quienes reconocen limitada visibilidad sobre las acciones, permisos y accesos de estos sistemas, lo que dificulta establecer controles efectivos y mantener trazabilidad.
El informe advierte que la autonomía cambia la naturaleza del riesgo, ya que los agentes pueden encadenar decisiones y ejecutar acciones directas sobre infraestructura y datos. A pesar de que las empresas consideran prioritarias las medidas de seguridad en tiempo real, solo una minoría monitorea de manera completa su comportamiento, e incluso algunas los operan sin barreras formales. Hacia 2026, se prevé la adopción de marcos más estrictos de gobernanza, con permisos estandarizados, auditorías continuas y una supervisión reforzada para evitar que la velocidad de despliegue supere la capacidad de control.
Más sistemas integrados, más riesgos de ciberataques
Para Nicolás Boettcher, investigador del Centro de Innovación en Transporte y Logística (CITYLOG) de la Universidad Diego Portales, “al disponer una orquestación completa de la operación logística a través de WES/WMS integrados se facilita considerablemente la automatización de procesos y actividades. Lo anterior permite que una vulnerabilidad crítica pueda paralizar la operación de forma total, generando cuantiosas pérdidas económicas y reputacionales a la compañía. Entre más agentes estén involucrados en el proceso de operación, la superficie de ataque aumenta”.
En su opinión, “las vulnerabilidades críticas pueden generar impacto tanto a nivel físico o lógico, desde el choque de vehículos autónomos, caídas de productos o no disponibilidad del servicio. Es importante entender que todo el ecosistema de operación lógica se debe mantener comunicada, y para esto utiliza distintos protocolos de red. Encontrar vulnerabilidades en estos protocolos puede gatillar la inyección de solicitudes inesperadas, impactando en el funcionamiento de los equipos, incluso a dejarlos inoperables”.
Por otra parte, Víctor González, VP de Ingeniería en SimpliRoute, aseguró que “mientras más sistemas integran la operación, más posibilidades de ciberataques existen porque tienes más opciones de que alguno de estos sistemas tenga alguna vulnerabilidad y que alguien la pueda atacar. Si no tienes buenos puntos de control no te vas a dar cuenta que una decisión fue en base a algún problema, algún ataque y que puede avanzar mucho más allá hasta generarte un problema mucho más grave”.
Agregó que en la compañía tienen muchas integraciones asociadas lo que implica exponer mucha API y muchos datos a través de estas conexiones. “Eso genera mucho tráfico que eventualmente podría ser intervenido o atacado. Yo creo que eso es uno de los puntos más importantes y el otro tiene que ver con la gestión de accesos que muchas veces son deficientes como claves que son fáciles de adivinar, accesos que empiezan a ser compartidos o que no tienen doble factor de seguridad. Esas cosas son fáciles de atacar por la gente que sabe hacerlo”, explicó.
A juicio del académico de la UDP, Nicolás Boettcher, “el cumplimiento normativo permite que, a través de la implementación de controles técnicos, supervisión continua, planificación de la respuesta ante incidentes y capacitación a empleados, se puedan mitigar las principales vulnerabilidades que podrían afectar la continuidad operativa. Entre las normativas más relevantes se encuentran la NIS2, DORA o estándares ISO/IEC que se preocupan de establecer bases mínimas para mitigar riesgos en la operación”.
Para el ejecutivo de SimpliRoute es clave el tema de una autentificación fuerte, idealmente con doble factor, y mantener políticas de clave segura con rotación. “Idealmente también, que ojalá pueda ser con perfiles, para que pueda limitar el acceso sólo a lo necesario para las personas que necesitan ver ciertas cosas así se evita que puedan entrar a cosas que no necesitan entrar. También es importante tener validaciones y firewall, monitoreo o rate limit”, explicó Víctor González.
“Más que un control, esto es como una práctica, tener buenos planes de recuperación. Quizás nunca te ha pasado y a lo mejor nunca te va a pasar, pero eso no implica que no sea necesario tener un plan de recuperación y de continuidad operativa, sobre todo en temas de logística donde la operación no puede parar”, concluyó.
En un escenario donde la automatización avanza y las cadenas de suministro dependen de ecosistemas cada vez más conectados, la ciberseguridad se vuelve un elemento estructural para sostener la continuidad operativa. Para la industria logística, el desafío no es solo adoptar tecnología, sino asegurar que cada capa -desde los dispositivos en terreno hasta las plataformas de gestión- opere bajo estándares consistentes que permitan mantener resiliencia y evitar interrupciones en operaciones que, por definición, no pueden detenerse.