Logística y Distribución
Informe IATA proyecta 71,6 millones de toneladas de carga aérea para 2026
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) anticipa un crecimiento moderado de los volúmenes de carga, impulsado por el e-commerce y los envíos urgentes, en un escenario marcado por ajustes comerciales y mayor demanda de bienes tecnológicos.
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El transporte aéreo de carga cerraría 2026 con 71,6 millones de toneladas movilizadas, según la última evaluación del organismo internacional. La proyección refleja un crecimiento interanual de 2,4 %, indicador que confirma la estabilidad del segmento pese al escenario económico global de menor actividad.
IATA estima que los ingresos del negocio llegarán a US$158.000 millones, lo que supone un avance de 2,1 % respecto del año anterior. El impulso provendrá principalmente del aumento en envíos urgentes, la expansión del comercio electrónico y la demanda asociada a cadenas de suministro de alto valor como semiconductores y componentes tecnológicos.
Aunque los volúmenes y la facturación muestran una trayectoria positiva, los rendimientos caerían 0,5 % en 2025, en línea con la moderación del comercio mundial. Aun así, los niveles se mantendrán 30 % por encima del período prepandemia, lo que evidencia la solidez del segmento y su capacidad para sostener márgenes en medio de variaciones en la demanda.
Willie Walsh destacó que la carga aérea ha sido un actor central en la adaptación de los flujos globales bajo el impacto de nuevos regímenes arancelarios. Según explicó, el sector facilitó embarques adelantados para cumplir con plazos antes de la entrada en vigor de tarifas y permitió redirigir mercancías hacia otros destinos frente a cambios repentinos en la demanda internacional.
El análisis subraya que la industria mantiene un rol estratégico en las cadenas globales, tanto para garantizar continuidad logística como para habilitar el movimiento ágil de bienes vinculados a tecnologías emergentes. En un entorno comercial más fragmentado, la carga aérea continúa posicionándose como un eje clave para la conectividad y la resiliencia del comercio internacional.
