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Repercusiones de un eventual conflicto entre Israel e Irán en Chile

El conflicto quedará como algo lejano a nuestro país en cuanto se mantenga contenido a Medio-Oriente.

Chile tiene una ventaja geográfica para mantenerse alejado de los frentes de batalla.

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Agenda Marítima conversó con Alvaro Iriarte, destacado analista internacional y Director de Contenidos del Instituto Res Publica, quien ofreció su análisis sobre las posibles repercusiones de un eventual conflicto entre Israel e Irán en Chile.

Según Iriarte, en Chile no existe una comunidad iraní relevante y bien organizada, mientras que la comunidad israelita está más activa y organizada en el país. Sin embargo, considera que este posible conflicto no debería generar un gran interés o polarizar la discusión nacional. Además, señala que la política internacional de Chile, con un enfoque en la Cuenca del Pacífico, sugiere que el conflicto no marcará la agenda política de cara al próximo ciclo electoral.

La reciente exclusión de empresas de defensa israelíes en la FIDAE bajo la administración del Presidente Boric ha marcado un impasse en las relaciones entre Chile e Israel. Esta situación podría traducirse en una actitud más bien distante por parte del Gobierno chileno ante un eventual conflicto en Medio Oriente, limitándose a condenas genéricas o llamados a la paz.

Respecto a posibles implicaciones en el comercio internacional, Iriarte menciona que podría haber alguna repercusión, especialmente si el conflicto afecta el Canal de Suez, una importante ruta de tránsito de mercancías entre Europa y Asia. Aunque Irán no controla el canal, un conflicto regional podría implicar conflictos armados en la zona o bloqueos en la ruta, afectando así el comercio mundial.

En cuanto a la ubicación geográfica de Chile, Iriarte considera que históricamente ha sido una ventaja para permanecer al margen de los grandes conflictos bélicos. Sin embargo, señala que si el conflicto se expande a otros escenarios, es probable que surjan enfrentamientos en otros lugares antes que en América.

Finalmente, en relación con la dependencia de China como destino de exportaciones chilenas (representando el 44%), Iriarte advierte que es importante diversificar los mercados de exportación para mitigar riesgos. Aunque China es un importante socio comercial, la concentración excesiva en un solo país representa un riesgo para la economía chilena.

 Se ha señalado que Hezbollah tiene presencia en Chile, de ser así, ¿Cómo repercutiría en Chile?

Latinoamérica en general está más bien lejano a ciertas dinámicas de grupos extremistas o catalogados como terroristas que podrían calificarse dentro de los grupos terroristas islámicos. Eso no significa que somos completamente ajenos a sus operaciones: el mejor caso son los atentos contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) en Buenos Aires, donde se determinó que fue perpetrado por Hezbollah en 1994, el peor atentado de terrorista de Argentina.

En general, por las dinámicas herederas de la guerra fría y el sentimiento anti Estados Unidos, muchas veces regímenes latinoamericanos permiten que estos grupos operen en dentro de su territorio. Quizás el caso más interesante es el de Venezuela, pues se sospecha que grupos como este y otros están instalados en dicho país y desde ahí operan en la región.

Chile carece de un buen sistema de inteligencia y no está acostumbrado a enfrentar este tipo de organizaciones, por tanto podría existir una brecha de seguridad nacional importante. La pregunta es cuál es el objetivo de operar en nuestro país, y pareciera que es aprovechar la integración al mundo y ciertos beneficios en el concierto internacional que ha logrado Chile en los últimos años. Esto podría afectar la posición de Chile y podría significar que se exigieran más requisitos para ingresar a algunos países o cosas por el estilo.