Logística y Distribución
Intermodalidad: AIMAS y el impulso al corredor Talcahuano–Bahía Blanca

La Asociación Intermodal de América del Sur (AIMAS) plantea que el corredor ferroviario Talcahuano–Bahía Blanca puede operar bajo un modelo intermodal autosustentable. Estudios muestran que la integración tren-camión reduciría costos y permitiría repagar la infraestructura.
El futuro de la competitividad logística regional depende de superar un problema estructural: no faltan cargas ni proyectos productivos, sino una oferta de transporte integrada y eficiente. Así, el corredor ferroviario entre Talcahuano y Bahía Blanca surge como un caso emblemático para demostrar el potencial del intermodalismo en Sudamérica.
El presidente de la Asociación Intermodal de América del Sur (AIMAS), Jorge de Mendonca, recuerda que un estudio previo a la creación de la asociación demostró que el costo de movilizar un pallet en el ferrocarril argentino podía reducirse hasta seis veces bajo condiciones técnicas y comerciales de máximo estándar. “El problema no es la falta de dinero para reconstruir vías, sino un concepto económico, técnico y comercial”, advirtió.
En el año 2019, AIMAS colaboró en un análisis sobre la factibilidad del corredor en el marco de la demanda del yacimiento de shale-oil de Vaca Muerta. La conclusión fue que con los parámetros actuales de 20 toneladas por eje y trenes de baja altura, la inversión jamás se pagaría y requeriría subsidios constantes. En contraste, un nuevo estándar permitiría la sustentabilidad operativa, sobre todo si se integra el camión para asegurar carga desde cada localidad productiva.
Intermodalidad como solución estructural
El potencial se amplía al considerar nuevos flujos comerciales. En aquel momento no se conocía la demanda de Chile por canalizar hasta 200 mil TEUs hacia el Atlántico. De acuerdo con AIMAS, ese volumen, bajo un esquema intermodal y de máxima eficiencia, alcanzaría para cubrir la mitad del repago de la infraestructura.
La propuesta 5F de AIMAS busca precisamente esto, un ferrocarril integrado intermodal, coordinado bajo una lógica comercial y técnica que garantice el cumplimiento de todos los eslabones de la cadena. En palabras de De Mendonca, la intermodalidad no es magia, sino confianza basada en normas, contratos y coordinación entre actores de distintos modos de transporte.
Para el presidente de AIMAS, el desafío es cómo comenzar y plantea que la operación intermodal del corredor Talcahuano–Bahía Blanca podría iniciarse de inmediato con las condiciones técnicas existentes, siempre que exista coordinación comercial y normativa. “Ese cambio conceptual modifica y adelanta la viabilidad de la gran inversión, pues podría atender a todo mercado y todo mercado se verá beneficiado”, enfatizó.
La asociación trabaja en el desarrollo de normativas privadas intermodales que funcionen como marco contractual de confianza entre operadores, transportistas y cargadores. La invitación está abierta a profesionales, empresas y organizaciones que deseen integrarse en este proceso de estandarización.
En este contexto, la intermodalidad aparece no solo como una alternativa para reducir costos y mejorar la eficiencia, sino como una estrategia clave para ampliar la conectividad, atraer nuevas inversiones y potenciar la integración logística entre Chile y Argentina.