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Comercio Internacional

Chile-Australia: 80 años de vínculos en cooperación y comercio exterior

La relación va desde un vínculo centrado en recursos naturales hacia una plataforma más amplia.

Ambos países perfilan una agenda bilateral más integrada, con énfasis en inversión, logística, comercio y sostenibilidad, en un escenario donde la conexión transpacífica y los flujos productivos adquieren mayor relevancia para sus cadenas de suministro.

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Las relaciones entre Chile y Australia cumplen ocho décadas marcadas por cooperación económica, crecimiento del intercambio comercial y una agenda cada vez más activa en materias de conectividad, innovación y desarrollo estratégico. Ambos países han consolidado un trabajo conjunto en el corredor transpacífico, donde la logística, la movilidad de bienes estratégicos y la integración digital han adquirido un rol central para sostener el flujo entre Sudamérica, Oceanía y los mercados asiáticos.

En este aniversario, la alianza bilateral se observa en plena expansión, con mayores inversiones cruzadas, más misiones empresariales y una agenda compartida en minería, educación, transición energética y tecnologías habilitantes. La relación ha evolucionado desde un vínculo centrado en recursos naturales hacia una plataforma más amplia, donde la cooperación técnica, la estabilidad institucional y la creciente conectividad aérea y digital refuerzan el posicionamiento de ambos países como socios estratégicos en la región Asia-Pacífico.

En el marco del webinar organizado por la Fundación Chilena del Pacífico, la embajadora de Chile en Australia, Beatriz de la Fuente, subrayó que la relación está anclada en la identidad compartida del Pacífico. “Para Chile, el Pacífico es parte de nuestra identidad, nos provee seguridad y desarrollo. Ahí nos encontramos como vecinos con Australia y creemos que es una posición que debiéramos cultivar aún más”, afirmó.

En este escenario, ambos países avanzan en agendas conjuntas sobre conectividad, integración comercial y cooperación técnica, fortaleciendo su rol en el corredor transpacífico que sostiene buena parte del comercio del Asia-Pacífico.

La embajadora de la Fuente resaltó el rol que juega la conectividad aérea en la integración económica. “Hoy existen vuelos diarios que nos unen y nos conectan. Somos el único país de Latinoamérica con vuelos directos a Australia”, destacó. Para el intercambio de bienes estratégicos como minerales, alimentos, tecnología e insumos industriales, esta conectividad es crucial en términos de tiempos logísticos y certidumbre.

En esa misma línea, la representante diplomática valoró el proyecto del cable Humboldt, infraestructura que ampliará la interconexión digital entre Sudamérica y Oceanía. “Es un proyecto que debiera comenzar su construcción muy pronto y que en 2027 debería ser una realidad. Va a abrir tremendas oportunidades”, señaló.

Ambos países también comparten intereses en comercio, inversiones y cooperación técnica multilateral. “En los foros internacionales encontramos gran afinidad. Normalmente nos apoyamos en candidaturas y reconocemos la importancia de seguir colaborando muy estrechamente”, añadió la embajadora.

El diálogo público-privado busca profundizar la cooperación en materias como minerales críticos.

Inversiones cruzadas y una plataforma compartida para la minería

La minería continúa siendo el pilar del vínculo bilateral y un eje que articula proveedores, innovación y servicios tecnológicos de ambos mercados. De la Fuente detalló que hoy existe un creciente mapa de inversiones chilenas en Australia, además de la reconocida presencia australiana en Chile. “Es muy significativo cómo empresas chilenas están aportando de manera concreta en Australia, proveyendo servicios a la minería e invirtiendo en sectores estratégicos”, destacó.

El diálogo público-privado busca profundizar la cooperación en materias como minerales críticos, estándares ambientales y productividad. “Hoy por hoy no se trata de producir más, sino de producir mejor. Tenemos los mismos desafíos como grandes productores mineros y debemos intercambiar más buenas prácticas”, planteó la embajadora.

Una visión similar entregó el embajador de Australia en Chile, Andrew Martin, quien subrayó el valor de la estabilidad institucional chilena. “Chile es un socio confiable, con políticas de Estado claras en minería. Eso es altamente valorado en Australia”, sostuvo. La cooperación se ha extendido también a defensa, interoperabilidad y preparación frente a riesgos climáticos.

Por su parte, la gerente general de la Cámara Chilena Australiana de Comercio (Auscham), Ximena López, destacó el rol articulador del sector privado. “Somos más de 140 empresas socias y facilitamos conexiones comerciales, oportunidades de networking y promoción de inversiones hacia ambos lados”, explicó.

Subrayó el crecimiento en misiones empresariales y la ampliación de la oferta chilena en Australia. “Llevamos cinco misiones y este año tuvimos delegaciones históricas: más de 25 empresas y 34 asistentes, además de autoridades. Fuimos la delegación más grande en IMARC”, señaló. La ejecutiva remarcó también la asimetría actual en presencia empresarial. “Hay casi 300 empresas australianas en Chile, pero solo 70 chilenas en Australia. Hemos trabajado harto para aumentar ese número”, afirmó.

El futuro de la relación estará marcado por la sustentabilidad.

Educación, innovación y talento: un eje que gana peso

Auscham ha promovido un creciente intercambio educativo entre universidades, centros técnicos y programas escolares. “Las alianzas con universidades australianas han crecido mucho. Este año, instituciones chilenas lograron acuerdos que impulsan nuevas formas de educación y transferencia de conocimiento”, relató López.

El flujo estudiantil también va al alza. “Los intercambios no son sólo universitarios; hay más estudiantes de enseñanza media viviendo experiencias en familias australianas. Esto aumenta año a año”, agregó. En este sentido, la embajadora de la Fuente coincidió en que el aprendizaje mutuo es central para el futuro de la relación. “Tenemos desafíos comunes en innovación, energía y transición minera. La colaboración técnica será cada vez más determinante”, señaló.

Uno de los aspectos más destacados por Auscham es la cultura de negocios compartida y los desafíos para empresas que buscan ingresar a cualquiera de los dos mercados. “Australia valora la transparencia, la ética en los negocios y la estabilidad democrática de Chile. Por eso muchos tienen aquí sus headquarters para Latinoamérica”, señaló López.

La ejecutiva explicó que existen diferencias culturales que influyen en la negociación. “El australiano parte confiando hasta que se demuestre lo contrario; el chileno parte desconfiando. Eso puede generar tiempos más largos”, indicó.

También remarcó particularidades logísticas del mercado australiano. “En Australia no existen notarías como en Chile. A veces el que certifica puede ser el bombero o el farmacéutico. Eso a muchos chilenos los enreda. Pero cuando el australiano te da la mano, el negocio está cerrado”, afirmó. Para ambos países, la recomendación es similar: entrar al mercado con socios locales, especialmente en minería y servicios industriales. “Es más fácil con un partner, tanto allá como acá. Así los servicios se vuelven más sólidos y sostenibles”, dijo López.

El balance diplomático y empresarial coincide en que el futuro de la relación estará marcado por la sustentabilidad, los minerales críticos, la innovación, la interconectividad y la movilidad de talento. “Nos hemos presentado ante Australia como un país con fortalezas en cobre, litio, energías limpias e innovación, y como un socio confiable donde hay espacio para invertir y crecer”, enfatizó la embajadora de la Fuente.

Para el embajador australiano, la alianza está en un punto de madurez que permite mayor ambición. “Tenemos décadas de cooperación exitosa. El desafío ahora es escalarla hacia nuevas industrias y cadenas de valor”, sostuvo. En el sector privado, López proyectó continuidad y crecimiento. “Tenemos mucho espacio para profundizar esta integración. Y seguiremos trabajando para que más empresas chilenas se instalen en Australia y más australianas lleguen a Chile”, afirmó.

A 80 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, Chile y Australia proyectan una agenda cada vez más densa y estratégica, sostenida por cadenas de valor complementarias, una red creciente de cooperación técnica y una integración logística que sigue expandiéndose hacia el ámbito digital, energético y del talento humano. El desafío para la próxima década será consolidar esta plataforma común en sectores como minerales críticos, innovación y conectividad transpacífica, potenciando una alianza que hoy se perfila como clave para ambos países en el eje Latinoamérica–Oceanía–Asia.