Logística y Distribución
El impulso del ferrocarril de carga: clave para la competitividad y sostenibilidad logística de Chile

Con una meta de aumentar su participación en el transporte portuario al 30%, el sistema ferroviario chileno avanza con proyectos estratégicos en conectividad, infraestructura y multimodalidad para responder al crecimiento de la demanda logística del país. El Puente Ferroviario Biobío y el Terminal Barrancas son proyectos claves en esta materia.
El transporte ferroviario de carga se ha transformado en un eje estratégico para el futuro de la logística chilena. Aunque actualmente moviliza solo un 10% de la carga nacional, una cifra baja en comparación con países como Estados Unidos o Australia, donde la participación supera el 40%, el Gobierno y los actores de la industria trabajan en un ambicioso plan para aumentar esa cifra a un 30% en los próximos años, especialmente en el movimiento de cargas desde y hacia los puertos.
“Los puertos de los países desarrollados cuentan con acceso ferroviario como parte esencial de su infraestructura. Promover esa integración es clave para mejorar nuestra competitividad”, afirmó el ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz. En esa línea, el MTT, a través del Programa de Desarrollo Logístico, actualiza cada año el Plan Nacional de Accesibilidad Ferroviaria a Puertos, documento que reúne los proyectos más relevantes para otorgar o rehabilitar acceso ferroviario a los terminales públicos del país. Este plan involucra iniciativas en distintas regiones, como el Terminal Intermodal Barrancas en San Antonio, el corredor ferroportuario Santiago–San Antonio, mejoras en Talcahuano y Antofagasta y obras asociadas a futuras ampliaciones portuarias.
El ferrocarril se posiciona como un complemento eficiente al camión por su capacidad para movilizar grandes volúmenes en largas distancias con menor consumo energético, lo que reduce costos y huella de carbono. La Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE) trabaja para fortalecer esta red con un nuevo modelo de acceso “Open Access” que permita incorporar a más operadores y diversificar los tipos de carga.
“Este sistema será fundamental para responder a la creciente demanda de transporte sustentable”, destacó Jorge Guajardo, gerente de Logística de EFE. El ejecutivo explicó que se avanza en contratos más competitivos con los porteadores ferroviarios y en proyectos de alto impacto como la doble vía exclusiva para trenes de carga entre La Calera y San Pedro, el corredor ferroportuario de San Antonio —apalancado por el futuro Puerto Exterior— y nuevas conexiones que mejorarán la eficiencia del sistema.
Desde el Programa de Desarrollo Logístico, Antonio Dourthe destacó que el ferrocarril tiene ventajas naturales para productos como minerales, forestales, combustibles y químicos, pero que su uso en contenedores, alimentos y materiales de construcción crecerá a medida que se potencien los nodos multimodales. “La congestión vial y la existencia de centros de combinación modal hacen más atractiva la complementariedad entre camión y tren”, explicó. Como ejemplo, el ministerio impulsó recientemente una experiencia intermodal a través de Conecta Logística que permitió el transporte de bebestibles desde Santiago a La Araucanía, combinando ambos modos y mostrando el potencial de esta integración.

En la macrozona sur, las obras de infraestructura avanzan con hitos relevantes. El Nuevo Puente Ferroviario sobre el Biobío, que inició operaciones parciales el 21 de julio de 2025, es una de las piezas más importantes: la estructura de 1,9 km de doble vía electrificada no solo incrementa la resiliencia de la red frente a crecidas del río, sino que también mejora la capacidad de transporte de carga y pasajeros. A este proyecto se suman el convenio EFE–Puertos de Talcahuano para potenciar la conexión ferroviaria con Puerto San Vicente y el desvío Arenal (2023), que conecta el terminal logístico de Maersk con San Vicente reduciendo el tránsito de camiones en áreas urbanas.
La red ferroviaria mantiene además conectividad con otros puertos del Biobío como Coronel y Lirquén, y ya se trabaja en pilotos para el transporte de carga refrigerada —como salmón— desde la Región de Los Lagos hacia los terminales de la zona. “El modo ferroviario tiene ventajas logísticas y ambientales que serán fundamentales para el crecimiento de la demanda y la competitividad portuaria”, añadió Guajardo, quien señaló que los futuros proyectos de ampliación portuaria integrarán desde su diseño el acceso ferroviario como un requisito clave.
El Terminal Intermodal Barrancas, actualmente en desarrollo, es un ejemplo de esta visión. El proyecto permitirá a los concesionarios portuarios ofrecer una alternativa de transporte confiable y de alto estándar, con menores emisiones por unidad transportada. Además, incrementará la eficiencia en los terminales al facilitar la evacuación de cargas y disminuir la presión sobre la infraestructura vial. “Con el ferrocarril, podemos mover grandes volúmenes en un solo convoy y sin los efectos de la congestión, mejorando así las tasas de ocupación de los terminales y los niveles de servicio”, explicó el ejecutivo de EFE.
El panorama futuro también incluye innovaciones tecnológicas y sostenibles en el norte del país. Entre ellas, la incorporación de locomotoras de hidrógeno para maniobras en Antofagasta (FCAB), la operación de nuevo material rodante para el transporte de ácido sulfúrico y cátodos de cobre, el desarrollo de patios de maniobra estratégicos y la entrega de nuevas concesiones ferroviarias en puertos como Mejillones, Talcahuano y San Vicente. Estas iniciativas apuntan a modernizar el sistema y a diversificar la carga ferroviaria, lo que permitirá capturar más usuarios y responder a las necesidades de sectores como la minería y la energía.
El desafío es grande, pero las oportunidades también lo son. Con proyectos de infraestructura crítica, nuevos modelos de operación y el impulso de la multimodalidad, el sistema ferroviario de carga chileno se perfila como un actor clave en la competitividad logística y la transición hacia un transporte más limpio y eficiente. Si logra aumentar su participación en el movimiento de carga, no solo contribuirá a la descongestión de carreteras y terminales portuarios, sino que también ayudará a reducir emisiones y a sostener el crecimiento económico del país en las próximas décadas.