Comercio Internacional
Cobre marcó nuevo récord y refuerza proyección exportadora de Chile
El repunte del metal rojo en Londres, impulsado por tensiones de oferta y mayores envíos hacia EE.UU., eleva las expectativas para el sector minero-exportador chileno en un escenario de déficit global y mayor presión sobre las cadenas de suministro.
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El mercado internacional del cobre registró un nuevo salto en sus cotizaciones en la semana previa a Navidad, alcanzando valores inéditos por tonelada en la Bolsa de Metales de Londres. El repunte se produce en un escenario marcado por mayores restricciones de oferta y por el adelantamiento de envíos hacia Estados Unidos ante eventuales ajustes arancelarios, factores que han elevado la presión sobre un metal clave para la industria y las cadenas globales de suministro.
El aumento de precios se da pese a señales de enfriamiento en la demanda manufacturera de China —principal consumidor mundial—, fenómeno que no ha detenido el rally del mineral. Operadores y analistas coinciden en que el mercado se mueve hoy más por riesgos de disponibilidad y menor producción en faenas de América, África y Asia, que por el pulso inmediato de la actividad industrial.
Las paralizaciones y recortes operativos han reforzado las proyecciones de un déficit relevante para el próximo año, con estimaciones de caídas de producción entre los grandes productores y advertencias de que la brecha entre oferta y demanda podría superar las 600 mil toneladas. Aunque los inventarios aún entregan un margen de holgura, el escenario proyecta mayor volatilidad y costos crecientes para compradores e industrias dependientes del cobre refinado.
Desde la perspectiva logística y comercial, el fenómeno ha intensificado los movimientos de carga hacia mercados estratégicos y ha elevado la sensibilidad sobre tiempos de tránsito, disponibilidad de material y contratos de abastecimiento. Para Chile, el ciclo de precios abre oportunidades de ingreso, pero también plantea desafíos en planificación productiva, continuidad operativa y coordinación a lo largo de la cadena exportadora.
En este contexto, el cobre consolida su rol como termómetro de la economía industrial global, mientras el mercado evalúa el impacto que podrían tener nuevas decisiones regulatorias, la evolución de la oferta minera y la capacidad de los sistemas logísticos para responder a un escenario de mayor tensión y menor holgura de suministro.
