Logística y Distribución
Tecnología para la última milla, el motor de la logística moderna en Chile

La transformación digital en el sector logístico ha convertido a la tecnología en un pilar esencial para enfrentar los desafíos de la última milla. Desde micro fulfillment automatizado hasta soluciones de electromovilidad y robótica, las empresas en Chile redefinen su competitividad a través de innovación, eficiencia y experiencia de cliente.
La última milla se ha consolidado como el principal escenario logístico del comercio digital. En nuestro país se estima que representa más del 50 % de los costos operativos de distribución, obligando a muchas empresas a incorporar tecnología y automatización para ganar eficiencia, mejorar la experiencia del cliente y reducir su huella ambiental. La creciente exigencia de entregas rápidas, trazables y sostenibles está redefiniendo la logística urbana.
De acuerdo a cifras de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), el comercio electrónico en Chile alcanzó los 8.700 millones de dólares durante el año 2024 y se espera que esa cifra sea superada durante este año. Este crecimiento acelerado, una constante desde la pandemia, ha tenido un impacto directo en el segmento de la última milla que debe adaptarse tanto a los mayores volúmenes como a consumidores que están cada vez más informados y digitalizados.
Por esta razón es que la tecnología se ha convertido en una pieza clave en la industria. Las principales empresas del sector aplican la Inteligencia Artificial para optimizar rutas de reparto, predecir horarios de entrega y reducir cada vez más los tiempos muertos. Por ejemplo, la empresa Starken utiliza algoritmos predictivos y autogestión digital para mejorar su tasa de éxito en entregas sin contacto humano. Moova, compañía especialista en tecnologías de última milla, vienen operando una plataforma basada en IA que asigna pedidos en tiempo real a conductores disponibles, aprovechando incluso flotas subutilizadas.
Otro aspecto importante y que ha sido factor de cambio son los centros de distribución donde el modelo de micro fulfillment, que son pequeños almacenes automatizados ubicados dentro o cerca de zonas urbanas, aparecen como una gran solución a las exigencias de entregas en el mismo día. Empresas como Falabella y Mercado Libre operan instalaciones de este tipo en la Región Metropolitana, integrando robots, gestión inteligente de inventario y conexiones directas con flotas de última milla.
En cuanto a tecnologías, el uso de sensores IoT cada vez se hace más habitual en la logística de la última milla. Los dispositivos integrados permiten monitorear desde la temperatura hasta la ubicación en tiempo real, factor clave en sectores como alimentos, farmacéutica o productos sensibles. Gracias a esto, los sistemas de clasificación automatizada en centros logísticos permiten realizar los despachos con mayor velocidad, reduciendo al máximo los errores humanos en la asignación de rutas.

La experiencia de SimpliRoute en la última milla
Para el CEO y co-founder de SimpliRoute, Álvaro Echeverría, “la tecnología pasó de ser un “nice to have” a convertirse en el eje central de la logística de última milla en Chile. Hace algunos años muchas empresas todavía planificaban rutas de forma manual o con herramientas básicas, lo que generaba una operación poco eficiente y con poca visibilidad. Hoy eso es impensado. Las exigencias del consumidor, sumadas al crecimiento del e-commerce, obligaron a que las compañías adoptaran tecnología que les permita ser más precisas, rápidas y adaptables. En ese sentido, Chile ha avanzado muchísimo y está liderando varios procesos de transformación digital logística en la región”.
En su opinión, el e-commerce ha sido el gran acelerador del cambio. “Desde el año 2020 los volúmenes de despacho en zonas urbanas se han multiplicado y eso obligó a las empresas a escalar sus operaciones de forma rápida y eficiente. Ya no alcanza con tener muchas camionetas en la calle, necesitas herramientas que optimicen cada kilómetro, comuniquen bien con el cliente final y te permitan reaccionar ante cualquier imprevisto. Nosotros lo hemos visto de cerca con cientos de clientes, compañías que antes gestionaban 100 pedidos diarios ahora están manejando miles, y lo hacen con el apoyo de tecnología como la nuestra. La presión del e-commerce impulsó una demanda gigantesca por automatización, ruteo inteligente y toma de decisiones basada en datos”, explicó el CEO de SimpliRoute.
Actualmente, la gran apuesta de la empresa que lidera Álvaro Echeverría está en la inteligencia artificial aplicada a la operación. “Creamos un framework llamada Ada agents, que son Agentes AI para automatizar la cadena logística. En particular, destacamos dos de nuestros agentes ADA: el Delivery Excellence Agent y el Safety Agent. El primero automatiza completamente la comunicación con el cliente final: envía notificaciones por WhatsApp, gestiona excepciones como entregas fallidas, e incluso puede reagendar automáticamente sin que intervenga un operador humano. Esto no solo mejora la experiencia de quien recibe, también alivia al equipo logístico de tareas repetitivas”, sostuvo.
Por su parte, el Safety Agent de SimpliRoute actúa como una torre de control inteligente que monitorea en tiempo real lo que ocurre en ruta. De esta manera detecta desvíos, paradas anómalas, posibles robos, y lanza alertas automáticas para que el equipo pueda reaccionar de inmediato y lo que antes tomaba horas o días en detectarse ahora sucede en minutos. “Ambos agentes son un reflejo de hacia dónde creemos que va la logística: automatizada, proactiva, con foco en el cliente y con capacidad de respuesta en tiempo real. Nuestro propósito es claro: ayudar a que Latinoamérica opere con estándares logísticos de clase mundial”, concluyó Echeverría.
De esta manera, la automatización de la última milla no es solo una ventaja competitiva, sino que se ha convertido en una condición para potenciar y fortalecer el crecimiento del e-commerce y entregarle herramientas que permitan aumentar la eficiencia del sistema logístico en todo el país. La velocidad a la que avanzan las exigencias del consumidor hace necesaria una mayor rapidez y sustentabilidad a las entregas de última milla y la tecnología irá de la mano de quienes lideren las operaciones en el futuro.

La automatización es protagonista de la última milla
Un estudio global de AutoStore reveló que el 93 % de los ejecutivos logísticos considera crítica la mejora del rendimiento en procesos como el picking. Soluciones como AutoStore operadas con SynQ —software desarrollado por Swisslog— permiten optimizar la densidad, velocidad de recuperación y preparación de pedidos, aumentando la productividad hasta un 20 % sin necesidad de añadir hardware adicional.
La electromovilidad también gana terreno como respuesta a la presión ambiental y a la congestión urbana. Honda anunció la creación de Fastport, una empresa B2B enfocada en logística de última milla, que presentó en Alemania su vehículo eQuad: un cuatriciclo eléctrico de cero emisiones diseñado para circular por ciclovías y resolver entregas en áreas densamente pobladas. Equipado con baterías intercambiables y funciones definidas por software, este vehículo representa una apuesta concreta por soluciones limpias y eficientes.
A nivel de plataformas digitales, Maersk también ha comenzado a cerrar la brecha entre su cadena de suministro B2B y el consumidor final. Su solución Maersk E-Commerce integrará funciones como comprobante de entrega con fotografía y seguimiento en tiempo real del conductor, con miras a operar su propia flota en mercados como Estados Unidos. Esto permitirá a marcas y minoristas externalizar la última milla sin perder control ni visibilidad.
En paralelo, la robótica comienza a materializar su promesa. La empresa RIVR, junto a Veho, lanzó una flota de robots autónomos capaces de navegar por escaleras, caminos irregulares y barreras urbanas para realizar entregas de forma colaborativa con conductores humanos. Estos robots, potenciados por IA General Physical, apuntan a resolver los cuellos de botella más persistentes del reparto domiciliario en grandes ciudades.
Todo apunta a que la última milla dejará de ser vista como un simple eslabón operativo y se consolidará como un componente estratégico del modelo de negocio. La convergencia entre automatización, datos, electromovilidad y robótica está configurando un nuevo estándar para la logística urbana, donde la tecnología no es un complemento, sino la base sobre la cual se construye la eficiencia, la competitividad y la fidelización del cliente final.