E-Commerce
Agentes de IA redefinen el comercio electrónico en Estados Unidos
La evolución desde asistentes de búsqueda hacia agentes autónomos de compra proyecta un cambio estructural en el e-commerce, con impactos directos en ventas, competencia minorista y gestión logística hacia 2030.
La próxima gran disrupción del comercio digital no vendría desde nuevas plataformas, sino desde agentes de inteligencia artificial capaces de comprar por cuenta del consumidor. Así lo plantea un análisis de Bain & Company, que anticipa que este modelo podría capturar una porción relevante del mercado de comercio electrónico en Estados Unidos hacia el final de la década.
Según las proyecciones, el llamado comercio agéntico podría mover entre USD 300.000 millones y USD 500.000 millones en ventas al año para 2030, lo que equivaldría a entre 15% y 25% del total del e-commerce estadounidense. A diferencia de los sistemas actuales, estos agentes no solo recomiendan productos, sino que toman decisiones, ejecutan pagos y coordinan la entrega en nombre del comprador.
El informe identifica un punto de inflexión en la evolución de la IA aplicada al consumo. Si hoy su uso se concentra mayoritariamente en la etapa de investigación —con entre 30% y 45% de los consumidores utilizando herramientas generativas para comparar productos—, el siguiente paso es la automatización del proceso completo de compra, desde la selección hasta el cumplimiento logístico.
Los primeros impactos ya comienzan a observarse. Datos citados por Bain, a partir de estimaciones de Salesforce, indican que la IA y agentes autónomos influyeron en cerca de USD 3.000 millones en ventas durante el Black Friday en Estados Unidos, una señal temprana del potencial comercial del modelo, aun cuando la mayoría de las transacciones sigue siendo iniciada por humanos.
La adopción, sin embargo, no será homogénea. Bain prevé que el comercio agéntico avanzará más rápido en categorías basadas en especificaciones claras, como productos básicos del hogar o bienes comoditizados, donde precio, disponibilidad y rapidez de entrega son los principales factores de decisión. En estos segmentos, la competencia entre retailers podría intensificarse, con impactos directos en precios y eficiencia logística.
En contraste, categorías más discrecionales —como vestuario o viajes— mostrarían una adopción más gradual, a medida que aumente la confianza del consumidor y los sistemas de IA logren interpretar preferencias personales con mayor precisión. En este escenario, Bain advierte que los retailers que no definan una estrategia propia de IA agente arriesgan perder control sobre los datos del cliente, el proceso de pago y la última milla, factores que podrían definir la competitividad del comercio electrónico en los próximos años.