Marítimo Portuario
ASONAVE alerta sobre vacío regulatorio en la Tarifa de Uso de Puerto
La Asociación Nacional de Agentes de Naves de Chile advierte que la TUP opera desde hace más de dos décadas sin una metodología transparente ni trazabilidad sobre el uso de los recursos recaudados. La organización solicitó a la Contraloría una auditoría para revisar la legalidad, fundamentos técnicos e impacto del cobro.
La Asociación Nacional de Agentes de Naves de Chile (ASONAVE AG) levantó una alerta sobre la Tarifa de Uso de Puerto (TUP), cobro que realizan los puertos estatales a las naves que recalan en sus instalaciones y que, según el gremio, se ha aplicado durante más de 20 años sin un marco normativo claro ni un sistema público de verificación sobre su cálculo, destinación e indicadores asociados. La entidad sostiene que la falta de lineamientos técnicos consolidados genera incertidumbre operativa y riesgos para la planificación de inversiones vinculadas al transporte marítimo y la infraestructura portuaria.
De acuerdo con ASONAVE, en algunos terminales la TUP llega a representar hasta el 52% de los ingresos totales, configurándose en la práctica como un “royalty portuario” sin criterios definidos sobre su fijación ni mecanismos de transparencia que permitan conocer en qué proyectos o servicios logísticos se reinvierten los recursos. Para el gremio, esta situación trasciende el plano administrativo y afecta variables clave del ecosistema marítimo-portuario como la competencia, la certeza jurídica y la eficiencia del sistema.
Frente a este escenario, la asociación presentó una solicitud formal ante la Contraloría General de la República para que se realice una auditoría integral orientada a revisar la legalidad del cobro, la metodología que sustenta su estructura tarifaria y la trazabilidad del uso de los fondos. El gremio plantea que contar con esa información es fundamental para asegurar precios portuarios bien fundados y coherentes con las mejores prácticas internacionales en gestión de infraestructura pública.
El debate cobra especial relevancia en un momento de definición estratégica para la industria, considerando que hacia 2030 se producirá el vencimiento de varias concesiones portuarias y se tomarán decisiones de inversión de largo plazo en conectividad, capacidad de transferencia de carga y modernización de los terminales. Según ASONAVE, la existencia de un esquema tarifario sin reglas claras podría incidir en la evaluación de nuevos proyectos y en la competitividad futura de las rutas marítimas que conectan al país con sus mercados externos.
La organización enfatizó que su postura no apunta a eliminar la TUP, sino a dotarla de mayor transparencia, sustento técnico y trazabilidad, de modo que contribuya al desarrollo del sistema portuario y a la estabilidad regulatoria requerida por navieras, concesionarios y actores de la cadena logística. Para el gremio, avanzar hacia un modelo de tarifas auditables y alineadas con objetivos de inversión y eficiencia portuaria es clave para fortalecer el desempeño del comercio exterior chileno en la próxima década.