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Ataque de EE.UU. a Irán: Efectos en la economía global y la logística internacional

El sábado marcó el ingreso de EE.UU. al conflicto en Medio Oriente.

El ataque a las instalaciones nucleares de Irán por parte de Estados Unidos marcó el ingreso de este último en el conflicto entre Israel y los iraníes. Académicas de la Universidad Gabriela Mistral, Universidad Católica de Valparaíso y Universidad de Valparaíso, analizan las implicancias para la cadena de suministro y la economía a nivel local e internacional.

El pasado sábado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó su ingreso al conflicto entre Israel e Irán tras atacar las instalaciones nucleares iraníes.  Una acción que no solamente impactará en el Medio Oriente sino que a nivel global, toda vez que la zona en cuestión es una de las más importantes a nivel petróleo del mundo. Además, el anuncio de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz tendría un impacto aún mayor ya que la cadena de suministro mundial se vería afectada toda vez que por ese lugar transita el 20% de la producción de combustible y gas.

"El reciente ataque de Estados Unidos a Irán ha puesto nuevamente en evidencia cómo un conflicto geopolítico localizado puede tener consecuencias globales, especialmente en el ámbito del comercio internacional y la logística. En un mundo donde las economías están cada vez más interconectadas, la cadena de suministro global se vuelve vulnerable ante eventos inesperados que afectan rutas, costos y tiempos", señaló la directora de Aplog y académica de la Universidad Gabriela Mistral, Angélica Barría.

Uno de los principales focos de atención en estos momentos es el Estrecho de Ormuz, la vía marítima por donde transita más del 20% del petróleo mundial. En opinión de la académica, "Irán es un actor clave en esta zona estratégica, podría obstaculizar su funcionamiento en caso de una escalada del conflicto, lo que afectaría directamente la disponibilidad y el precio del crudo a nivel internacional. Un alza sostenida en el precio del petróleo impacta inmediatamente en los costos del transporte terrestre, marítimo y aéreo, elevando además el precio de bienes y servicios en distintos sectores productivos".

Al bloque de esta importante ruta se suma además la disrupción logística que podría generarse si las principales rutas comerciales en Medio Oriente se ven afectadas toda vez que compañías navieras y aseguradoras suelen responder con el redireccionamiento de rutas o con el incremento de tarifas frente a escenarios de riesgo, provocando demoras y encarecimiento en los flujos de importación y exportación. De esta manera, la congestión en rutas alternas, los retrasos en puertos y el aumento de primas de seguro complican aún más el panorama para las empresas exportadoras e importadoras.

La tensión en Medio Oriente tiene al mundo a la expectativa.

Para la académica de la Escuela de Negocios y Economía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y ex Jefa de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, Ana María Vallina, "tanto en el ámbito global como local afectará, probablemente, al combustible. Puede ser problemas de oferta como que las personas empiecen a “acaparar” por incertidumbre. Posiblemente también tenga efecto en el valor de las divisas, dólar y euro suba porque la gente puede empezar a refugiarse en valores más confiables, el precio del oro también podría subir".

En cuanto a lo local, la académica aseguró que "Chile no forma parte de muchas cadenas globales, por ser tan lejano, pero estas podrían volver a cortarse. Las exportaciones de alimentos y minerales podrían sufrir menos, los últimos podrían tener aumento de precio. Las exportaciones dependen si se afecta aún más las cadenas logísticas, pero ya con la situación de Rusia las complejizó bastante. Si hay efectos negativos sobre el canal de Suez, afectaría a toda Europa y por ende, los productos que importamos de esa región".

A juicio de la profesora Ana María Vallina, "como tenemos el comercio tan diversificado, siempre tenemos alternativa de encontrar proveedores y compradores, aunque nuestro riesgo es ser pequeños y por ello no interesar cómo cliente. Considero que con el riesgo y la incertidumbre aumentando, se debería pensar en una nueva política industrial que apoye producción nacional. Por ejemplo, Malasia y Vietnam tienen políticas que ayudan a coordinar Pymes para enfrentar mercados internacionales".

En tanto, Daniella De Luca, Directora Académica Centro de Desarrollo Económico Internacional - Escuela Negocios Internacionales de la Universidad de Valparaíso, sostuvo que "el impacto directo es la posibilidad del cierre del estrecho de Ormuz que repercutirá directamente en el precio del petróleo y GNL a nivel global (de hecho ya subió). Un cierre que dure mucho va a alterar rutas y generar cambios en las rutas marítimas y aun cuando no sean las rutas que vengan directo a nuestras costas van a impactar el valor de los fletes por los tiempos de movimiento de las naves, tal como ocurrió al inicio del conflicto entre Israel y Hamas".

La cadena de suministro global se verá afectada por el conflicto.

"Sin hablar de la inestabilidad que se van a generar en cadenas logísticas, ya que las embarcaciones y aviones ya están evitando esas rutas, complicando los recorridos típicos, estableciendo nuevos tiempos de desplazamientos en tutas ya tradicionales los que aumentarían en 15 días aproximadamente.  El valor del petróleo va a subir el precio del combustible y todos los elementos básicos, llegando a encarecer la producción de bienes, la producción de fertilizantes y las exportaciones e importaciones en general", explicó De Luca.

Respecto al impacto que podría tener nuestra economía, Angélica Barría indicó que  "para países como Chile, México o Brasil con economías abiertas y altamente dependientes del comercio exterior, estos eventos no pasan desapercibidos. La presión sobre el precio de los combustibles, el encarecimiento del transporte internacional y la inestabilidad en los mercados financieros pueden generar efectos contractivos en las exportaciones, comprometer las cadenas logísticas y aumentar la incertidumbre para el sector empresarial. En el caso chileno, por ejemplo, un alza sostenida del petróleo repercute directamente en los costos de transporte terrestre interno, afectando la competitividad de los productos en mercados internacionales".

En su opinión,  "los gobiernos deben estar atentos a las señales del mercado internacional para implementar políticas que amortigüen impactos, sobre todo en sectores más sensibles al alza del petróleo o a la escasez de insumos clave. Medidas como la estabilización de precios del combustible, incentivos para la producción local de materias primas y el apoyo financiero a pymes exportadoras pueden ser mecanismos eficaces para reducir la exposición a riesgos externos".

"Hoy más que nunca, el comercio exterior no puede desligarse de los escenarios geopolíticos. La capacidad de adaptación, la lectura estratégica de los acontecimientos internacionales y una gestión proactiva del riesgo serán determinantes para mantener la estabilidad logística y económica frente a un panorama global cada vez más desafiante", concluyó Angélica Barría.