Sostenibilidad
Chile y el “trilema energético”: Cómo equilibrar seguridad, sustentabilidad y costos

En el marco de la charla magistral inaugural de la Naval Energy Summit 2025, el ex ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, analizó la compleja relación entre geopolítica, transición energética y cambio climático, destacando las oportunidades logísticas y estratégicas de Chile en materia de energías renovables e hidrógeno.
Un repaso por la actualidad geopolítica y la incertidumbre que genera, los efectos que tiene sobre el comercio internacional y la relación de estas dos variables con la transición energética, fue el tema central de la charla magistral titulada “Transición Energética Marina” que realizó el ex ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, en el inicio del Naval Energy Summit 2025 que se desarrolló en los salones del Club Naval en Valparaíso.
El ex titular de la cartera durante el segundo gobierno del presidente Sebastián Piñera, expuso sobre los retos que enfrenta Chile en materia de transición energética y el impacto que estos tendrán en sectores clave, incluida la defensa nacional. Su intervención abordó el papel del hidrógeno verde, la relevancia de los minerales críticos y la necesidad de equilibrar seguridad, sustentabilidad y costos en la matriz energética.
El encuentro reunió a autoridades, representantes de las Fuerzas Armadas y expertos internacionales, consolidándose como un espacio de diálogo sobre cómo la transformación energética no solo responde a objetivos ambientales, sino también a una dimensión estratégica y geopolítica. En este contexto, la reflexión de Jobet puso sobre la mesa la urgencia de definir prioridades diferenciadas para cada sector, con la defensa marítima como un caso particular.
Juan Carlos Jobet abrió la conferencia contextualizando el escenario global como “extraordinariamente complejo”. Destacó conflictos activos que van desde la guerra en Ucrania, tensiones en Taiwán, el Mar de China Meridional, hasta la inestabilidad en Medio Oriente y América Latina. Señaló que incluso países alejados de estos conflictos, como Chile, deben considerar los impactos en seguridad y comercio internacional.
El exministro subrayó la importancia de que Chile mantenga relaciones abiertas con actores globales y aproveche su posición estratégica, tanto geográfica como comercial, en mercados clave como Estados Unidos y China. “Nuestro país tiene que emplear esa tensión internacional y tomar sus decisiones teniéndola en el telón de fondo y mantener cierta neutralidad. Creo que no es bueno tomar partido, sino hay que mantener vínculos abiertos con los distintos países, pero respetando los principios y los valores de nuestra nación”, sostuvo.

Cambio climático: retos éticos y económicos del decrecimiento
El exministro enfatizó que el cambio climático es una realidad, con temperaturas globales en aumento y fenómenos extremos más frecuentes. Sin embargo, advirtió que la idea de frenar el crecimiento económico para reducir emisiones, conocida como “decrecimiento”, no es viable ni ética. “En el mundo, alrededor de 900 millones de personas no tienen acceso a luz eléctrica. Eso significa que viven en niveles de pobreza muy grandes y nosotros queremos dejar de crecer, queremos decirles a esas personas que se condenen a vivir en la pobreza para frenar un problema que causamos los que hemos tenido un buen estándar de vida en los últimos años. Creo que eso es éticamente impresentable”, indicó Jobet.
Destacó que la pandemia mostró que la reducción forzada del consumo energético apenas redujo las emisiones, por lo que la solución requiere transformar la manera en que se produce y utiliza la energía sin frenar el progreso. “Ese año las emisiones cayeron 4% y en la semana que más cayeron, porque todas las semanas eran distintas porque entrábamos y salíamos de cuarentena en distintas partes del mundo, llegaron a 20%. Esto lo que muestra es que cuando el mundo deja de crecer las emisiones apenas caen. Para frenar las emisiones y frenar el problema climático, no hay que hacer menos de lo que hacemos, tenemos que hacer las cosas que hacemos de otra manera”, explicó.
De acuerdo a lo expuesto por Juan Carlos Jobet, el 80% de las emisiones globales proviene del sector energético, y gran parte de la energía utilizada es ineficiente. Por ejemplo, solo un tercio de la energía extraída se convierte en servicios útiles como electricidad, calefacción o transporte. En este contexto, la electrificación y el reemplazo de combustibles fósiles por energías renovables se presentan como herramientas esenciales.
En transporte, destacó que para 2050 se proyecta duplicar el movimiento de pasajeros y carga, pero reduciendo el consumo de energía en un 30% gracias a la eficiencia y al cambio hacia electricidad, hidrógeno y bioenergía. Chile, con recursos solares y eólicos excepcionales, tiene un potencial estratégico para contribuir a esta transición global y posicionarse como exportador de energía limpia, especialmente mediante la producción de hidrógeno. “Podríamos instalar en Chile 2.400 gigawatts, algo así como 70 u 80 veces el tamaño de nuestra matriz eléctrica actual, y para que tengan una idea a nivel global, es el doble del tamaño de la matriz eléctrica americana”, argumentó.

Hidrógeno y minerales estratégicos: oportunidad logística y energética
El hidrógeno y los minerales críticos como cobre y litio son esenciales para la transición energética. El ex ministro de Energía destacó que Chile posee reservas significativas de estos recursos, que permitirán electrificar sectores estratégicos y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Sin embargo, advirtió sobre contradicciones: la oposición a la minería en nombre del medio ambiente puede frenar la capacidad de Chile de generar energía limpia y abastecer tecnologías renovables, afectando la logística de recursos críticos para el país y la región.
El hidrógeno, a su juicio, se presenta como una alternativa logística para exportar energía renovable a países que la necesitan, consolidando a Chile como actor global en el mercado energético sostenible. Y en este punto abordó lo que denominó como el “trilema energético”, que plantea la necesidad de equilibrar seguridad, sustentabilidad y costo de la energía. Para la defensa, aseguró que la prioridad debe ser la seguridad operativa, incluso si implica usar combustibles fósiles temporalmente, mientras que otros sectores pueden enfocarse más en sustentabilidad y eficiencia.
Ejemplificó con su experiencia personal en movilidad eléctrica, donde prioriza sustentabilidad y economía, pero reconoció que, para la Armada y sistemas críticos, garantizar el cumplimiento de misiones estratégicas es primordial. Este enfoque permite que las distintas áreas del país adopten decisiones balanceadas, asegurando la descarbonización sin comprometer la seguridad nacional ni la operación de sistemas logísticos estratégicos. “Si hay una fragata que tiene que llegar a patrullar la costa en una zona donde hay tensión de soberanía, prefiero que queme petróleo por algunos años más, pero nos aseguramos que llega a tiempo cuando tiene que llegar”, indicó.
A juicio del ex ministro de Energía, el desafío logístico y energético del país pasa por combinar eficiencia, innovación tecnológica y sostenibilidad, asegurando que la transición energética se traduzca en ventajas competitivas, oportunidades de exportación y fortalecimiento de su infraestructura estratégica. El equilibrio inteligente entre crecimiento, reducción de emisiones y seguridad es el eje que permitirá a Chile consolidarse como actor global en energía limpia y defensa logística.