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Comercio Internacional

Desafíos y oportunidades para fortalecer la exportación de servicios desde Chile

Un punto recurrente es el desconocimiento sobre los certificados de origen.

El análisis revela brechas persistentes en capacidades empresariales, planificación y marcos operativos para servicios, en contraste con un ecosistema de bienes más robusto. La directora de la Cámara de Comercio de Santiago, Marcela Varas, plantea urgencias y caminos de desarrollo para MiPymes que buscan proyectarse internacionalmente.

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El debate sobre la competitividad exportadora del país comienza a mostrar dos velocidades claramente diferenciadas. Mientras el ecosistema de bienes opera con procesos más estandarizados, experiencia consolidada y alta presencia de MiPymes, los servicios avanzan con mayor incertidumbre y con brechas que frenan su consolidación internacional.

La discusión cobra relevancia en un contexto donde Chile mantiene reputación global y talento instalado para competir en industrias intensivas en conocimiento. En este escenario, los gremios trazan una hoja de ruta que apunta a fortalecer capacidades, modernizar marcos operativos y promover una cultura empresarial orientada a la internacionalización. Desde esa experiencia acumulada, se plantean diagnósticos y propuestas que buscan facilitar la inserción de más empresas chilenas -especialmente MiPymes- en mercados internacionales de servicios.

Los comités de exportadores han permitido ordenar una conversación técnica periódica sobre oportunidades, regulaciones y ajustes necesarios en la operatividad del comercio exterior. Desde esa práctica, los bienes aparecen como un segmento donde “existe un sistema armonizado, con experiencia instalada y apoyo permanente de los agentes de aduana”, según se plantea en la mesa gremial.

Aun así, persisten brechas. Un punto recurrente es el desconocimiento sobre los certificados de origen. La directora de la Cámara de Comercio de Santiago, Marcela Varas, -en el marco del webinar de la Fundación Chilena del Pacífico- explica que “cuando se le pregunta al dueño de la empresa cómo se calcula el certificado de origen, muchas veces no sabe y tiende a depender completamente del agente de aduana”. Esto, afirma, genera costos evitables y decisiones tomadas “a ciegas”.

Otro foco de tensión son los procesos de inspección. “Los plazos son muy reducidos y la capacidad de maniobra para corregir observaciones es mínima”, advierte. La dependencia del criterio del inspector -SAG, Seremi u otra autoridad- introduce variabilidad y estrés operativo, especialmente para exportadores pequeños.

También existe un déficit en formación para análisis de precios y costos. “Muchas empresas no dimensionan la totalidad de los costos asociados a exportar”, señala, lo que deriva en ofertas mal calculadas y dificultades para sostener contratos en el exterior.

“Chile tiene capacidad, talento y tecnología para exportar servicios", señala Marcela Varas.

Servicios: un entorno menos estructurado y con mayor incertidumbre

La comparación con los bienes es directa. “En servicios no existe todavía un sistema armonizado ni una tabla clara de riesgos, impuestos o responsabilidades”. De esta manera, la exportación de servicios enfrenta vacíos en información tributaria internacional, dudas sobre aranceles aplicables y criterios dispares entre países.

A ello se suma el impacto del flujo financiero ya que los plazos de recuperación de IVA pueden generar quiebres de caja relevantes para MiPymes que intentan crecer lo que aparece como uno de los principales obstáculos internos.

Desde la experiencia gremial, el diagnóstico es claro. “Chile tiene capacidad, talento y tecnología para exportar servicios, pero falta capacidad empresarial para sostenerse en el tiempo”, sostuvo Marcela Varas. Los datos muestran que 60% de los obstáculos son internos y solo 40% externos, lo que abre un margen amplio de acción local.

Uno de los puntos más insistentes en el análisis es la baja exportación del conocimiento que Chile ha desarrollado en industrias donde es referente. “Tenemos un talento enorme en procesos de cobre, litio, minerales, frutícola y forestal pero ese conocimiento no se está exportando”, señala la directora de la CCS.

Este contraste resulta llamativo considerando el peso que estas industrias tienen en el PIB y en la inserción internacional del país. La Cámara de Comercio de Santiago plantea que se trata de “una oportunidad estratégica perdida” y que, bien trabajada, podría replicar modelos exitosos como los de Australia o Italia.

Lecciones desde otros mercados

El gremio ha estudiado referencias internacionales donde la exportación de servicios se consolidó con fuerte participación de Pymes. En esos casos, se identifican cuatro claves: Sistemas digitales robustos, multimoneda y con capacidad de proyección de costos ya que “para ofrecer un servicio en el exterior necesito tener el panorama completo de precios y márgenes”, enfatiza.

A ello se suma el uso activo de la reputación país. “Chile es reconocido como un país serio y confiable; debemos aprovechar ese activo”, indica Varas y agrega otro punto como la planificación con horizontes de 12 a 18 meses y una advertencia directa: “Muchos llegan a la Cámara cuando ya tienen el problema armado; la planificación temprana reduce riesgos y permite adaptarse al mercado”.

El gremio ha estudiado referencias internacionales donde la exportación de servicios se consolidó.

Por otra parte, está el relacionamiento y construcción de redes. “Los gremios, Corfo y el Ministerio cuentan con información clave, pero las empresas deben darse el tiempo de estudiarla”. En modelos como el australiano, se destaca además la existencia de subsidios estatales que cubren “hasta 50% de los costos de los primeros tres años”, lo que facilita la internacionalización temprana.

Avances en Chile: automatización y nuevos marcos para servicios

No obstante, las brechas, se registran avances. “La buena noticia es que estamos trabajando en sistemas que permitan automatizar los procesos de exportación de servicios”, plantea Varas. Así, la automatización permitiría simplificar trámites, mejorar la trazabilidad y reducir la incertidumbre operativa.

Un punto crítico es la generación de datos ya que sin datos no se pueden tomar decisiones. Hoy, a juicio de la ejecutiva, la información disponible sobre servicios es insuficiente, dispersa y difícil de comparar, y por ello, se trabaja en plataformas que unifiquen criterios y estadísticas.

Otro frente en desarrollo es la creación de Incoterms específicos para servicios, lo que permitiría definir responsabilidades, alcances y riesgos para cada parte. “Los exportadores necesitan saber hasta dónde llega su compromiso; no existe esa claridad hoy”, afirma. La estandarización permitiría una operación más predecible, disminuir riesgos contractuales y facilitar el ingreso a nuevos mercados.

Aunque el sector servicios enfrenta desafíos, existen ejemplos exitosos que demuestran el potencial de Chile. Se destaca el caso de empresas creativas que exportan material audiovisual y contenidos digitales que han logrado posicionarse desde las regiones en mercados internacionales.

En este sentido, el gremio insiste en la importancia de compartir experiencias ya que “generar vínculos y transmitir buenas prácticas es muy relevante para quienes inician este camino”. La invitación es a participar en los comités mensuales, donde se discuten casos reales, se revisan obstáculos y se alinean propuestas para políticas públicas.

El análisis gremial muestra un país con talento, reputación internacional y capacidad tecnológica para avanzar en servicios, pero con desafíos de planificación, información y estructura que frenan su despegue. La madurez del ecosistema de bienes ofrece un punto de referencia claro: cuando existe articulación, formación y regulación adecuada, las MiPymes logran crecer y sostenerse. Replicar esa experiencia en servicios aparece como uno de los desafíos estratégicos para la competitividad exportadora de Chile en los próximos años.