Logística y Distribución
Análisis arroja que la tecnología y gestión humana redefinen la última milla
El aumento sostenido de entregas y la presión por acelerar los tiempos están llevando a transportistas y operadores a replantear la última milla, combinando nuevas tecnologías con una gestión más coordinada para sostener eficiencia, visibilidad y capacidad de respuesta.
La presión por acelerar entregas y sostener la eficiencia está llevando a transportistas y operadores a revisar sus modelos de última milla. Un reciente análisis en el podcast de Logistcis Management se expuso que la digitalización avanza, pero que la sustentación operativa sigue dependiendo de la coordinación entre equipos y la capacidad de anticipar flujos crecientes.
La conversación con Andy Tryba, director ejecutivo de CXT Software, apuntó a un cambio estructural: los clientes esperan entregas cada vez más rápidas en entornos donde el volumen crece sostenidamente y los márgenes se mantienen estrechos. En la última década, el movimiento de paquetes se ha triplicado y la tendencia ya no solo impacta al comercio electrónico, sino también a las operaciones B2B. Esta aceleración obliga a incorporar herramientas que permitan decisiones más ágiles en planificación y enrutamiento.
El diagnóstico muestra que muchas operaciones aún dependen de procesos manuales. Despachos coordinados por teléfono, rutas armadas en hojas de cálculo y registros dispersos limitan la visibilidad de las flotas y aumentan la reacción tardía ante contingencias. Para los expertos, la optimización en tiempo real y la normalización de datos son claves para reducir tiempos improductivos, mejorar la asignación de cargas y sostener el control operativo en jornadas de alta demanda.
El análisis también enfatiza que la digitalización no reemplaza el criterio humano. La última milla sigue siendo intensiva en coordinación, y las tecnologías emergentes -desde la visión artificial hasta los sistemas predictivos- buscan ampliar la capacidad de los equipos, no sustituirla. Conductores y despachadores pueden gestionar más entregas, con menor fricción, cuando la información fluye de manera oportuna y unificada.
En este escenario, la adopción de plataformas inteligentes, combinada con una gestión centrada en visibilidad y planificación, se perfila como el principal camino para sostener la competitividad. La última milla exige rapidez, pero también coherencia operativa: integrar procesos, elevar el estándar de control y asegurar que la tecnología permita escalar, sin perder trazabilidad en una etapa crítica de la cadena logística.