Columna de Opinión
Infraestructura y tecnologías en las fronteras

Álvaro Peña, académico PUCV y Consejero Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), analiza la importancia de la infraestructura y seguridad en los complejos logísticos en las fronteras.
La reciente presencia del Ministerio de Seguridad de Chile en la frontera norte, en el contexto del futuro Corredor Bioceánico, refleja la relevancia estratégica de esta obra para el desarrollo económico y logístico del país. Este corredor, al conectar puertos del Atlántico y del Pacífico, no solo potenciará el comercio regional, sino que permitirá a Chile establecer una comunicación directa con los principales mercados de Asia y servir de Hub con países de América del Sur como Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia. Esto abre una ruta terrestre eficiente para el intercambio comercial, reduciendo costos y tiempos de transporte, y fortaleciendo la integración regional.
El desafío es claro: garantizar que este aumento en la conectividad y competitividad no se traduzca en mayor vulnerabilidad ante delitos transnacionales. La fiscalización permanente en las fronteras será un pilar esencial. La identificación precisa de sectores con mayores índices de contrabando, inmigración ilegal o ingreso de mercancías ilícitas permitirá focalizar recursos y desplegar patrullajes e inspecciones con mayor eficacia. Esto requiere integrar inteligencia policial, análisis estadístico y sistemas de monitoreo en tiempo real, aprovechando las tecnologías emergentes, la industria inteligente, aplicaciones de la inteligencia artificial y sistemas automáticos de reconocimiento de matrículas y contenedores. El corredor no puede convertirse en un canal de riesgo, sino en un eje de seguridad activa.
En paralelo, la digitalización y transformación digital de los servicios en los pasos fronterizos es clave para cumplir con la doble exigencia de control riguroso y fluidez operativa. La implementación de plataformas interoperables que integren control aduanero, policía, agricultura y salud permitirá procesar anticipadamente la documentación de carga, aplicar análisis de riesgo automatizados y priorizar revisiones físicas únicamente donde las alertas lo justifiquen. Esto reduciría drásticamente los tiempos de espera y los costos logísticos, a la vez que aumentaría la capacidad de detección de irregularidades sin frenar el comercio legítimo.
El control de carga mediante escáneres no intrusivos de alta resolución, el uso de blockchain para trazabilidad de mercancías, la analítica y ciencia de datos para predecir patrones de tráfico ilícito son herramientas que, integradas, fortalecerán la frontera como filtro inteligente. La interoperabilidad con países vecinos será determinante para compartir alertas tempranas y coordinar acciones conjuntas, maximizando el efecto disuasivo y la capacidad de reacción.
El Corredor Bioceánico representa una oportunidad única para que Chile se consolide como nodo logístico continental y puerta de entrada de Asia hacia Sudamérica, combinando competitividad y seguridad. La inversión en tecnología, inteligencia fronteriza y coordinación binacional no es un gasto, sino la garantía de que esta infraestructura sea un motor de desarrollo sostenible y seguro.