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Comercio Internacional

Chile y México: Una relación comercial madura con alto potencial de diversificación

Chile y México fortalecen su relación comercial apostando por la diversificación de exportaciones, la inclusión de MiPymes y el crecimiento del comercio de servicios. La modernización del TLC y el impulso de la Alianza del Pacífico abren nuevas oportunidades para ambos países.

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La relación comercial entre Chile y México es una de las más consolidadas de América Latina. Sin embargo, para Ricardo Mayer, director de Asuntos Económicos Bilaterales de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), esta alianza aún tiene margen para crecer, tanto en volumen como en diversidad de productos, actores y sectores involucrados.

Durante su participación en el webinar organizado por la Fundación Chilena del Pacífico, que trató este tema, Meyer entregó un completo análisis sobre la evolución, los hitos, las oportunidades actuales y los desafíos que enfrenta el comercio bilateral entre ambos países, marcando un mapa claro sobre el presente y futuro de este vínculo estratégico.

Chile y México mantienen una relación económica que describe como “madura e importante”, pero que aún no ha alcanzado su techo. El país norteamericano es hoy el séptimo socio comercial de Chile a nivel mundial, una posición relevante, pero con potencial de mejora. En un escenario internacional tensionado por las transformaciones de la política comercial estadounidense y la fragmentación de cadenas globales, Mayer destaca que la región está entrando en una etapa donde diversificar mercados y profundizar relaciones bilaterales es una necesidad estratégica.

“Es un momento en que todos estamos pensando en reforzar lo existente y crear canales comerciales nuevos, ya sea en líneas de productos, en subnichos o en nuevos actores exportadores”, señaló el director de Asuntos Económicos Bilaterales de la Subrei.

La Alianza del Pacífico como activo estratégico

Ricardo Mayer valoró particularmente la resiliencia institucional de la Alianza del Pacífico, que superó impasses políticos recientes entre sus países miembros. Comparó esta experiencia con un edificio antisísmico que resistió un terremoto. “Uno lo valora más después de que no se cae”. Este ejemplo sirve para destacar que, pese a las diferencias ideológicas entre gobiernos, la plataforma ha demostrado estabilidad y viabilidad a largo plazo.

Un ejemplo de ello es el PACTA (Acuerdo de Libre Comercio entre la Alianza del Pacífico y Singapur), en vigor desde mayo de 2025 en Chile y Perú. Este acuerdo marca el inicio de una nueva etapa de proyección del bloque hacia el Asia-Pacífico, abriendo puertas a nuevas oportunidades para las empresas chilenas y mexicanas.

El 99,2% del universo arancelario mexicano está libre de pagos para productos nacionales.

Un dato clave que resume el nivel de integración entre ambos países es que el 99,2% del universo arancelario mexicano está hoy libre de pagos de aranceles para productos originarios de Chile. Esto es resultado de la convergencia de tres acuerdos: el Tratado de Libre Comercio bilateral firmado en 1998, la Alianza del Pacífico y el CPTPP.

Según Mayer, este alto grado de liberalización permite que los esfuerzos actuales estén enfocados en otras áreas como la promoción de exportaciones con enfoque en MiPymes y empresas lideradas por mujeres, el destrabamiento de obstáculos técnicos y regulatorios, la modernización de capítulos del TLC con énfasis en comercio digital, género e innovación.

El impacto del TLC en la evolución del intercambio

Desde la firma del TLC en 1998, el comercio bilateral entre Chile y México se ha triplicado tanto en exportaciones como en importaciones. Además, se produjo un crecimiento sustancial en el número de empresas chilenas exportadoras a México, donde un tercio de ellas son MiPymes, reflejando un avance en la democratización del comercio.

Un aspecto que Mayer destacó especialmente es que, a diferencia del patrón general de exportaciones de Chile, dominado por la minería (54% en 2024), el 90% de las exportaciones chilenas a México no corresponden a cobre. Esto representa un caso de éxito en la diversificación productiva y de mercados.

“Cuando firmamos el TLC, la mitad de lo que exportábamos a México era cobre. Hoy representa menos del 10%. Eso muestra un progreso real hacia una canasta exportadora más diversa”, explicó la autoridad de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales en el webinar de la Fundación Chilena del Pacífico.

Entre los productos que lideran las exportaciones chilenas a México destacan los derivados del salmón, la madera y las frutas, consolidando a México como el quinto destino de exportaciones agropecuarias, el cuarto destino de exportaciones forestales, el séptimo destino en servicios y el quinto destino para empresas lideradas por mujeres.

Este último punto es clave para la Subrei, que ve en México un mercado con alto potencial para ampliar la presencia de mujeres en el comercio internacional, impulsado por el idioma, la cercanía cultural y la creciente cooperación institucional.

México aparece como una plataforma de internacionalización hacia EE.UU.

Inversiones y participación territorial

La inversión chilena en México asciende a más de US$ 4.000 millones, principalmente en el sector de servicios. Aunque no se trata de un flujo estable año a año, se han registrado dos ciclos de alta inversión: entre 2006–2011 y 2017 hasta la fecha.

Además, Mayer subrayó un cambio geográfico interno. Más regiones chilenas participan hoy del comercio con México, especialmente el centro-sur y sur del país, que antes estaban ausentes en este intercambio. Este dato refuerza uno de los tres pilares de la estrategia comercial chilena: diversificar por territorio, tamaño y tipo de empresa.

Por otra parte, las exportaciones de servicios han tenido un alza significativa en el contexto post pandemia. Hoy más de 200 empresas chilenas exportan cerca de 90 tipos de servicios a México, entre ellos asesorías en tecnología de la información, procesamiento de datos, soporte técnico en computación, y diseño y desarrollo digital. Aunque el número de empresas es menor en comparación con el comercio de bienes, representa un sector estratégico en expansión, con alto valor agregado y posibilidades de escalar en el corto plazo.

Barreras técnicas y trabajo normativo

Dado que el arancel no es hoy un problema relevante, buena parte del trabajo bilateral se concentra en obstáculos técnicos al comercio. Mayer destacó avances como anexos para el comercio de cosméticos, acero doméstico, dispositivos médicos y productos farmacéuticos, y procesos de revisión para retomar negociaciones en áreas sensibles.

Meyer también atribuyó un impulso clave a la modernización del TLC a la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Chile, un hecho poco común que tuvo un alto impacto político y operativo. Este tipo de gestos, sumados a las reuniones ministeriales frecuentes y a la cooperación técnica sostenida, confirman la solidez de la relación bilateral.

La relación entre Chile y México ofrece un ejemplo concreto de diversificación comercial exitosa, tanto en productos como en actores. En un entorno global inestable, reforzar este vínculo puede ser clave para consolidar una estrategia comercial más inclusiva, territorialmente descentralizada y centrada en el valor agregado.

México no solo es un mercado estratégico por tamaño y cercanía, sino también por su capacidad para convertirse en plataforma de internacionalización hacia América del Norte y el Asia-Pacífico, gracias a su pertenencia al T-MEC y la Alianza del Pacífico. “México nos recuerda el caso de Turquía que aprovechó su cercanía con la Unión Europea para transformarse en una potencia exportadora industrial. Son modelos que Chile observa con atención”, concluyó Mayer.