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Logística y Distribución

Data Center: Santiago emerge como segundo polo digital de América Latina

Sao Paulo, en Brasil, es el principal mercado de este segmento en la región.

Las ciudades de la región comienzan a ganar visibilidad en el ecosistema digital internacional, y la capital de Chile se está consolidando como un centro regional clave con potencial para convertirse en un mercado con alcance global.

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América Latina reafirma su posición como una región dinámica y en expansión dentro del mercado global de data centers. Según el estudio de Cushman & Wakefield, varias ciudades del continente -en especial Sao Paulo, Santiago, Querétaro y Bogotá- se consolidan como polos estratégicos en la nueva infraestructura digital global.

El informe, que analiza el desempeño del mercado de data centers en América durante el primer semestre del año, destaca que Sao Paulo, en Brasil, es el principal mercado de este segmento en la región y funciona como un punto central de intercambio de Internet (IXP), optimizando el tráfico regional y conectando con Estados Unidos a través de numerosos cables submarinos desplegados desde 2018. Actualmente, opera con 346 MW y tiene 254 MW en construcción.

En segundo lugar está Santiago de Chile, que se está consolidando como un centro regional clave con potencial para convertirse en un mercado con alcance global. Los proyectos de cables submarinos han sido fundamentales, como el que une Chile con Sídney (Australia) y el cable Curie de Google, que conecta con Los Ángeles. Actualmente, cuenta con 182 MW en operación y con 95 MW en construcción.

“El auge de Santiago comenzó en 2019 con la estrategia de transformación digital del gobierno, que se aceleró aún más con el lanzamiento de Chile Digital 2035 en 2022 y el Plan Nacional de Datos en 2024”, menciona el estudio. “Actualmente, el mercado atiende principalmente demanda local de colocación retail, con la excepción del centro de datos construido por Google en Quilicura”, precisa el análisis de Cushman & Wakefield.

“Los centros de datos operativos son principalmente de colocación e hiperescala, con una capacidad que se proyecta duplicar en los próximos dos años. Un aspecto destacado es el uso de energías renovables, que en 2025 alcanzaron el 20%, junto con una notable diversificación energética. Además, Chile se posiciona entre los diez países con mayor despliegue de fibra óptica a nivel mundial. Estos elementos consolidan la posición del país -y de América Latina- como un actor clave en el ecosistema digital, no solo en el ámbito regional, sino también en el escenario global”, afirma Rosario Meneses, subgerente de Investigación de Mercado de Cushman & Wakefield Chile.

En tanto, Querétaro, en México, con 114 MW en operación y 81 MW en construcción, se beneficia de su posición a lo largo de las líneas de fibra que conectan Ciudad de México con Monterrey y Dallas, lo que lo coloca directamente en la ruta del crecimiento digital, gracias a su ubicación estratégica, atrayendo inversiones de grandes actores internacionales como Equinix, CloudHQ, AWS y Microsoft.

Por último, a nivel regional, Bogotá, en Colombia, combina escala en crecimiento, conectividad internacional de alto nivel e incentivos gubernamentales, lo que la convierte en un mercado emergente clave en América Latina con gran potencial de atracción para hyperscalers. Si bien su capacidad operativa aún es incipiente en comparación con otras ciudades, el mercado colombiano presenta condiciones favorables para desarrollos futuros. Actualmente, tiene 47 MW en operación y 54 MW en construcción.

El informe también señala que, aunque los mayores mercados mundiales siguen concentrados en polos como Virginia del Norte, Pekín y Portland, los desarrollos en América Latina ganan terreno de forma sostenida, aportando diversidad y capacidad a la infraestructura digital global.

El estudio concluye que la demanda global de hyperscalers (Microsoft, Google, AWS) y operadores de colocation impulsa una expansión que tendrá como próxima etapa la integración de hubs maduros y emergentes, con América Latina consolidándose como una región de alto dinamismo fuera del eje EE.UU.– China.