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Logística y Distribución

Nueva infraestructura fortalece conectividad logística en Manzanillo

La nueva instalación cuenta con una superficie de 31.000 m² y capacidad para 6.018 TEU.

La incorporación de un centro logístico cercano al principal puerto de México busca mejorar la articulación puerto–hinterland, reducir fricciones operativas y reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro.

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La mejora de la conectividad entre puertos, centros logísticos y corredores productivos se ha convertido en un eje estratégico para la competitividad del comercio exterior mexicano. En ese contexto, la puesta en marcha de nueva infraestructura logística en Manzanillo apunta a reducir cuellos de botella en el principal acceso marítimo del país y a fortalecer la integración entre el sistema portuario y las cadenas de suministro que conectan con los principales polos industriales y de consumo.

La nueva instalación de Maersk, ubicada a solo 5 kilómetros del puerto de Manzanillo —que concentra cerca del 50% de la carga contenerizada de México—, considera una inversión superior a USD 15 millones. Su emplazamiento refuerza el rol del recinto portuario como nodo clave de conectividad para los flujos de importación y exportación, especialmente en la relación comercial con Asia.

Con una superficie de 31.000 m² y capacidad para 6.018 TEU, el centro está diseñado para optimizar la primera y la última milla. La infraestructura permite descongestionar accesos portuarios, mejorar la gestión de inventarios y acelerar la distribución terrestre hacia regiones estratégicas como el Bajío y el corredor industrial central, reduciendo tiempos de tránsito y costos logísticos.

Entre los servicios incorporados destacan las maniobras para disminuir la congestión en terminales, el transbordo de carga seca y refrigerada hacia unidades de 53 pies u otros formatos de distribución, y la gestión integral de contenedores. A ello se suma capacidad de mantenimiento y reparación de equipos, junto con 50 conexiones para contenedores refrigerados, fortaleciendo la continuidad operativa y la cadena de frío.

Esta infraestructura se integra a una red logística nacional más amplia, que incluye almacenamiento en Ciudad de México, Tijuana, Cuautitlán y Lázaro Cárdenas, además de centros logísticos aéreos y mejoras en la infraestructura terrestre. En conjunto, estas inversiones apuntan a consolidar a Manzanillo como un hub de conectividad clave para el comercio exterior mexicano y el intercambio transfronterizo con Estados Unidos.