Comercio Internacional
Digitalización + formalización: El camino para integrar MiPymes en el comercio global

La jefa del Departamento de Comercio Inclusivo de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), María Jesús Prieto, plantea que la formalización y la digitalización son condiciones indispensables para que las micro, pequeñas y medianas empresas chilenas accedan a financiamiento, cadenas de suministro más competitivas y mercados internacionales.
Las MiPymes representan parte importante de la columna vertebral de la economía chilena. Con más de 1,2 millones de empresas activas, concentran alrededor de la mitad del empleo nacional, desde almacenes de barrio hasta startups tecnológicas. Estas unidades productivas tienen un peso decisivo en la cohesión social y en la inclusión económica de mujeres, jóvenes y comunidades regionales.
En el marco del webinar organizado por la Fundación Chilena del Pacífico, la jefa del Departamento de Comercio Inclusivo de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), María Jesús Prieto, señaló que cualquier decisión de política pública sobre este sector tiene un efecto multiplicador. La formalización de estas empresas no solo fortalece el tejido productivo, sino que también abre oportunidades de desarrollo más equitativo.
Según la Encuesta de Microemprendimientos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), más de un millón de microempresas en Chile operan en la informalidad y esto implica que más de la mitad de los emprendimientos no cuenta con iniciación de actividades en el Servicio de Impuestos Internos, quedando fuera de los programas de apoyo estatal y del sistema financiero formal.
En opinión de María Jesús Prieto, la consecuencia es clara: empleos de menor calidad, ausencia de protección social y dificultad para acceder a oportunidades de crecimiento. A su juicio, formalizar es el primer paso para que estos negocios puedan competir en igualdad de condiciones y aportar plenamente al desarrollo económico.
Digitalización como palanca de cambio
La digitalización ha sido la herramienta más eficaz para reducir barreras de entrada. Plataformas como “Tu Empresa en un Día” transformaron la constitución de sociedades, reduciendo trámites que antes tomaban semanas a solo horas. Posteriormente, programas como Pyme Ágil y el proyecto de ley de autorizaciones sectoriales han apuntado a simplificar permisos y procesos municipales. La lógica detrás de estas iniciativas es liberar tiempo y recursos de los emprendedores, para que puedan enfocarse en producir, innovar y generar valor en lugar de enredarse en la burocracia.
“Tenemos tramitando un proyecto de ley marco de autorizaciones sectoriales que centralizaría y simplificaría procesos y permisos reduciendo burocracias y plazos. Todo esto responde a la misma lógica: queremos eliminar las barreras de entrada y facilitar que los emprendedores puedan concentrarse en aquello que saben hacer, en aquello que quieren hacer, que es producir, que es innovar, que es generar valor. ¿Y cómo lo hacemos? Aprovechando las herramientas digitales que nos entrega el avance tecnológico”, explicó Prieto.

La formalización debe ir acompañada de financiamiento accesible. CORFO ofrece programas como Semilla Inicia, Semilla Sostenible y Semilla Empresa Lidera por Mujeres, que combinan capital semilla con mentorías y redes de apoyo. “Necesitamos programas de acceso al financiamiento que permitan a estas microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas, poder escalar sus negocios, poder incrementar la productividad. En ese sentido tenemos una batería de programas manejados por distintas agencias estatales que están enfocados en precisamente generar las condiciones más equitativas de acceso al financiamiento”, indicó.
Por su parte, SERCOTEC ha diseñado subsidios orientados a la microempresa, condicionados a la formalización, generando un incentivo directo para que los negocios ingresen al circuito formal. Un ejemplo reciente es el Capital Pioneras, destinado a mujeres que emprenden en sectores tradicionalmente masculinizados. “Tenemos una oferta que está segmentada según el tipo de emprendimiento, el tipo de empresa que estamos buscando fomentar”, sostuvo la jefa del Departamento de Comercio Inclusivo de Subrei.
Herramientas digitales para crecer
La plataforma "Digitaliza tu Pyme" se ha convertido en un punto de acceso central para empresas que buscan evaluar su madurez digital y recibir un plan de capacitación personalizado. Cursos en ventas digitales, marketing o gestión empresarial permiten dar pasos concretos hacia la modernización. En paralelo, la iniciativa Pyme Global apoya a las empresas en su salto a marketplaces internacionales, combinando diagnósticos, asistencia técnica y promoción de productos en línea.
María Jesús Prieto explicó que “las apoyan con diagnósticos, con asistencia técnica y con la promoción de su producto. El bottom line es que todas estas herramientas tienen un denominador común, que es usar la digitalización como un catalizador para que las MiPymes puedan competir en mejores condiciones y avanzar en su formalización”.
Subrayó además que el Estado no puede avanzar solo. Experiencias como Talento Digital, que ha capacitado a miles de personas en habilidades tecnológicas, muestran que la colaboración público-privada multiplica resultados. Programas como MiPyme Cumple de la Cámara Nacional de Comercio y los comités de la Cámara de Comercio de Santiago son ejemplos de cómo el sector privado aporta con capacitación, estudios y soluciones escalables.

Brechas en comercio internacional
El panorama se vuelve más desafiante en el ámbito exportador. Menos del 0,4 % de las MiPymes chilenas participa en exportaciones y su contribución apenas alcanza el 2,2 % del valor total. Además, la mayoría exporta un solo producto, en una sola ocasión y a un único mercado. Para María Jesús Prieto, este bajo nivel de internacionalización refleja la urgencia de la formalización como requisito básico para acceder a requisitos aduaneros, sanitarios y fitosanitarios, además de los programas de fomento a la exportación.
“Si no están formalizadas, ¿cómo van a cumplir con esos requisitos y cómo van a poder acceder a los programas de fomento a la exportación? Entonces, aquí hay un punto importante por hacer y es fortalecer la formalización porque eso implica también abrir las puertas a las posibilidades del comercio internacional. Lo que además redunda en la diversificación de nuestra materia exportadora y en la generación de empleos de mayor calidad”, dijo la jefa del Departamento de Comercio Inclusivo de Subrei.
Diversos estudios confirman que los empleos en empresas exportadoras son más estables, mejor remunerados y con mayor protección social. Considerando que un 30 % del PIB chileno depende de las exportaciones, incrementar la participación de las MiPymes en este ámbito tendría un impacto directo en la generación de empleo de calidad. Por ejemplo, la Subrei ha incorporado capítulos específicos en siete acuerdos comerciales vigentes, con otros tres en proceso de ratificación y tres más en negociación. Estos instrumentos buscan reducir barreras, entregar asistencia técnica y abrir canales para la inserción internacional de las pequeñas empresas.
Prieto explicó que Chile es parte del Acuerdo de Economía Digital (DEPA), que crea un marco favorable para el desarrollo de las MiPymes en entornos digitales. Además, en APEC la agenda de digitalización y formalización es transversal, con proyectos que promueven transferencia de conocimientos y resiliencia frente a cambios tecnológicos. En América Latina, la Alianza del Pacífico ha reforzado proyectos que facilitan su participación en comercio electrónico transfronterizo. Gran parte de las exportaciones de pequeñas empresas chilenas se dirige a la región y este espacio de integración se convierte en un multiplicador de oportunidades.
La formalización y digitalización de las MiPymes tiene efectos directos en las cadenas de suministro. Empresas más formalizadas pueden integrarse con mayor facilidad a proveedores internacionales, cumplir con estándares de trazabilidad y garantizar la continuidad operativa en sectores estratégicos como alimentos, manufactura y comercio electrónico. En su opinión, la formalización y digitalización requieren de un esfuerzo articulado entre ministerios, gobiernos locales, universidades, fundaciones y empresas privadas. Solo así será posible generar soluciones sostenibles, escalables y con alcance nacional.
Por último, destacó que la experiencia de Subrei en esta agenda deja tres conclusiones. Primero, la formalización es condición indispensable para un desarrollo inclusivo y sostenible; segundo, la digitalización es la herramienta más poderosa para acelerar ese proceso, abriendo mercados y reduciendo costos. Tercero, la cooperación internacional permite alinear agendas y aprovechar experiencias compartidas.