Comercio Internacional
Ministra de Agricultura impulsa agenda de competitividad y seguridad sanitaria

La ministra María Ignacia Fernández destaca -en entrevista publicada por Frutas de Chile- la continuidad legislativa, fortalecimiento sanitario y apertura de mercados para consolidar la fruticultura nacional como actor estratégico global.
La fruticultura chilena se prepara para una nueva temporada con desafíos crecientes en competitividad, sanidad y gestión hídrica. La necesidad de mantener mercados estratégicos abiertos, garantizar la trazabilidad y proteger la calidad de los productos requiere medidas coordinadas entre el sector público y privado, así como continuidad en políticas y programas estratégicos.
En entrevista publicada por Frutas de Chile, la ministra de Agricultura, María Ignacia Fernández, enfatizó la importancia de dar continuidad a proyectos clave y generar certeza para los productores. Entre sus prioridades legislativas se encuentran la ley de prevención y mitigación de incendios forestales, el control de ingresos ilegales de productos agrícolas y la implementación del Sistema de Incentivos para la Gestión Sostenible de Suelos Agropecuarios (SIGESS).
En el plano operativo, Fernández subrayó la importancia del combate a la mosca de la fruta y la coordinación con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el sector privado para garantizar condiciones fluidas de exportación, manteniendo el estatus sanitario de Chile y su acceso a mercados internacionales.
La nueva institucionalidad forestal, representada por SERNAFOR, se perfila como un instrumento central para la prevención y respuesta frente a incendios. La coordinación público-privada y la implementación de un Plan Nacional específico permitirán minimizar los impactos sobre zonas productivas y reforzar la seguridad de la fruticultura.
En materia de competitividad, la ministra reafirmó la apertura y profundización de mercados con Asia, Estados Unidos y Europa. Desde 2022, Chile ha concretado más de 65 aperturas y facilitaciones, incluyendo cítricos a México, uva de mesa con “Systems Approach” en EE. UU. y limones frescos a Indonesia, con protocolos y giras de promoción que refuerzan la tracción internacional.
El manejo hídrico es otro eje prioritario. La ley de riego, la capacitación de agricultores y la transferencia tecnológica buscan optimizar el uso del agua, especialmente en regiones afectadas por estrés hídrico. Asimismo, la coordinación con el Ministerio de Obras Públicas apunta a obras de embalses y acumulación como parte de una política de Estado que trasciende la actual administración.
En sanidad, el SAG se fortalece con presupuesto adicional y programas como “Chile Alimenta el Futuro” del BID por US$30 millones. La estrategia incluye controles fronterizos, laboratorios, inteligencia fitozoosanitaria y una ofensiva contra el contrabando, buscando asegurar la inocuidad de las exportaciones y proteger el estatus fitosanitario del país.
Fernández destacó la importancia de mesas permanentes de trabajo público-privadas para coordinar acciones entre productores, gremios, SAG y otras instituciones. Este enfoque permite mejorar la trazabilidad, garantizar el cumplimiento de normas fitosanitarias y consolidar la fruticultura como sector confiable y estratégico.
La ministra también anunció avances legislativos para sancionar con mayor severidad el ingreso ilegal de frutas, mediante modificaciones al Código Penal y a la Ley Orgánica del SAG. Estas medidas se complementan con coordinación interinstitucional con Aduanas, Carabineros, PDI y Ministerio Público, asegurando un control integral sobre la frontera y las redes de distribución interna.
Fernández concluyó que el fortalecimiento del trabajo conjunto público-privado es clave para proyectar la fruticultura chilena como referente mundial en calidad, trazabilidad y sustentabilidad. La meta es que los US$7.043 millones en fruta fresca de la última temporada sean un piso, y no un techo, asegurando crecimiento sostenido y competitividad en mercados estratégicos.