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Comercio Internacional

Frutas y salmón: Pilares exportadores que marcan la ruta logística de Chile

El presidente de Frutas de Chile, Iván Marambio, durante su exposición en el seminario.

En el marco del seminario del Día del Comercio Global -organizado por la Fundación CSAV- los presidentes de Frutas de Chile, Iván Marambio; y SalmonChile, Arturo Clément, coincidieron en la urgencia de fortalecer la infraestructura, diversificar mercados y asegurar reglas claras para sostener el liderazgo exportador del país.

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La fruticultura y la salmonicultura se consolidan como los pilares del comercio exterior chileno no minero, articulando redes productivas y logísticas que impactan directamente en el empleo, la infraestructura portuaria y la conectividad internacional del país. En conjunto, ambos sectores generan más de US$14.000 millones en exportaciones anuales, sustentando miles de puestos de trabajo y una cadena de valor que se extiende desde los campos del norte hasta los fiordos australes.

Durante el seminario Día del Comercio Global, organizado por la Fundación CSAV, los presidentes de Frutas de Chile, Iván Marambio; y de SalmonChile, Arturo Clément, destacaron que el crecimiento sostenido de estas industrias depende de infraestructura moderna, seguridad regulatoria y visión exportadora de largo plazo. Mientras la fruta chilena marca récords de volumen y diversificación, el salmón nacional se posiciona como referente mundial en producción y tecnología, abriendo una nueva etapa para los alimentos del mar y consolidando a Chile como potencia agroalimentaria global.

Iván Marambio recordó que Frutas de Chile agrupa a más de 270 empresas que representan el 92% del valor total de las exportaciones de fruta fresca chilena. El gremio celebró recientemente sus 90 años y marcó un nuevo récord: más de 3 millones de toneladas exportadas en la última temporada, con un crecimiento acumulado de 25% en dos años.

El dirigente destacó que el 90% de la fruta chilena se moviliza por vía marítima, lo que subraya la dependencia estructural del sector respecto de los puertos de la zona central, especialmente Valparaíso y San Antonio. “Cada tonelada adicional significa más camiones, más choferes y más trabajo portuario”, señaló, vinculando el dinamismo frutícola con el empleo y la cadena logística nacional.

En términos de valor, las exportaciones frutícolas alcanzaron US$8.245 millones en 2023, y las cerezas consolidaron su liderazgo al representar el 43% del total exportado, con un 91% de ese volumen destinado a China. El crecimiento asiático -y particularmente el vínculo con el mercado chino- mantiene al sector en permanente expansión y diversificación.

El presidente de Frutas de Chile enfatizó tres ejes estratégicos: fitosanidad, apertura de mercados y promoción internacional. En este último ámbito, el organismo que agrupa a los exportadores invirtió US$16 millones en campañas globales durante la última temporada. Por otra parte, agregó que “sin fitosanidad no hay industria”, aludiendo a la coordinación permanente con el SAG, el Ministerio de Agricultura y Cancillería.

El dirigente también presentó una estimación del impacto económico total de la fruticultura, que asciende a US$28.000 millones, equivalente a 4,2 veces el PIB directo del sector. “Es una industria que está en muchas más regiones, que emplea a más personas y que multiplica su efecto en toda la economía”, subrayó.

Arturo Clément, presidente de SalmonChile, en su presentación.

Salmonicultura no requiere subsidios, sino reglas claras

Por su parte, el presidente de SalmonChile, Arturo Clément, abordó el presente y futuro de la salmonicultura chilena, responsable del 35% de la producción mundial y segundo exportador global tras Noruega. “Somos una de las pocas industrias donde dos países concentran el 80% de la oferta global”, señaló, destacando la alta tecnología e innovación aplicada al cultivo y procesamiento del salmón.

El ejecutivo detalló que Estados Unidos concentra el 41% de las exportaciones del sector, seguido por Japón y Brasil, este último con un crecimiento anual del 10%. En 2023, los envíos superaron los US$6.400 millones, aunque el crecimiento promedio de la última década ha sido modesto -alrededor del 1% anual- debido a “inestabilidad regulatoria y falta de certeza jurídica”.

Clément insistió en que la salmonicultura “no requiere subsidios, sino reglas claras y visión de largo plazo”. Según el gremio, duplicar la producción en 15 años tendría un impacto transformador para la macrozona sur, con generación de empleo, encadenamientos productivos y desarrollo regional. Actualmente, la industria emplea 86.000 personas, entre directos y proveedores.

El ecosistema de proveedores asociados supera las 4.000 Pymes, muchas vinculadas a innovación tecnológica, logística y servicios ambientales. Puerto Montt y Puerto Varas, destacó Clément, se han convertido en un hub de innovación con proyección latinoamericana gracias a la tracción del sector acuícola.

Otro punto central de su intervención fue el concepto de “blue foods”, los alimentos producidos en el mar que representan la próxima gran revolución alimentaria. “El 70% de la superficie del planeta son océanos, pero solo el 6% de los alimentos proviene de ellos. Chile tiene una oportunidad única para liderar esa transición”, afirmó.

La sostenibilidad -ambiental y social- fue otro eje del mensaje de Clément. Recalcó que la salmonicultura “ha elevado la calidad de vida del sur de Chile” y que es posible compatibilizar desarrollo productivo y conservación. “Debemos construir una alianza público-privada con visión de largo plazo; la estrategia de crecimiento de Chile sigue siendo la exportación”, concluyó.

Tanto Iván Marambio como Arturo Clément coincidieron en que el desafío común de sus sectores pasa por modernizar la infraestructura logística, agilizar los procesos regulatorios y potenciar la conectividad portuaria para sostener el crecimiento exportador en mercados cada vez más competitivos.

Ambos líderes respondieron al llamado de la CPC y del gobierno a impulsar un crecimiento del 5% anual de las exportaciones en los próximos cinco años, apuntando a que el país eleve su base exportadora hacia niveles comparables con Nueva Zelanda o Portugal. En ese objetivo, los alimentos -frutas, salmón y otros productos del mar- aparecen nuevamente como protagonistas de la ruta logística y comercial de Chile.