Entrevista
Miguel Palma: “Logramos demostrar que este corredor logístico austral es viable, seguro y eficiente”

La Empresa Portuaria Austral cerró el primer semestre de 2025 con operaciones logísticas exitosas, destacando el traslado de aerogeneradores a Tierra del Fuego. En conversación con Agenda Logística, el gerente general de la estatal, Miguel Palma, analizó el avance en la agenda de inversión y en el posicionamiento logístico-portuario de Magallanes.
En una región donde el clima es siempre un factor de planificación, la Empresa Portuaria Austral (Epaustral) logró sostener durante el primer semestre operaciones clave sin contratiempos mayores. Desde la recepción de cargas industriales de gran volumen hasta la atención a buques portacontenedores y cruceros, los terminales administrados por la estatal han demostrado una alta capacidad de respuesta operativa.
“El balance es positivo, porque estamos ejecutando proyectos de infraestructura mientras mantenemos el nivel de servicio. Las condiciones no siempre son ideales —viento, bajas temperaturas, mareas complejas—, pero hemos demostrado que es posible operar eficientemente incluso en este contexto”, señaló el gerente general de la Empresa Portuaria Austral, Miguel Palma, en conversación con Agenda Logística.
Uno de los hitos más complejos y a la vez reveladores del potencial logístico de la Región de Magallanes ha sido el movimiento de componentes de gran envergadura para un parque eólico ubicado en Tierra del Fuego, específicamente aspas y torres destinadas a la generación de energía renovable. Esta operación se ha transformado en un verdadero laboratorio para la logística portuaria en zonas extremas, y en un caso de estudio sobre la articulación eficiente entre infraestructura, operación y adaptación territorial.
El proceso comenzó con la recepción de las cargas en el Terminal José de los Santos Mardones, uno de los principales activos de Epaustral en Punta Arenas que, pese a sus limitaciones de capacidad y equipos, logró atender sin inconvenientes a buques especializados en carga de proyecto. Las maniobras de descarga, acopio y preparación para el traslado terrestre se realizaron en paralelo a obras de mejoramiento de infraestructura, lo que implicó una coordinación logística fina entre todos los actores involucrados.
Posteriormente, los componentes fueron movilizados hacia la Rampa Tres Puentes, donde se embarcaron en barcazas para cruzar el Estrecho de Magallanes y conectar con la red vial de Tierra del Fuego. Desde allí, las piezas recorrieron un extenso tramo terrestre a través de caminos nacionales hasta alcanzar la frontera con Argentina, y continuar su destino final en el lado fueguino del país vecino.
“Lo relevante es que logramos demostrar que este corredor logístico austral es viable, seguro y eficiente. En esta segunda operación, el proceso completo de movimiento por la ciudad y embarque tomó menos de 40 minutos. Eso habla de un aprendizaje técnico y operativo notable”, explicó Miguel Palma quien explicó que los desafíos fueron múltiples: dimensiones extra largas, necesidad de operar con ventanas climáticas precisas por el viento y las heladas, baja densidad poblacional en puntos clave del trayecto, y coordinación binacional para la continuidad del traslado.

Más allá de lo puntual, el traslado de estos aerogeneradores ha sido analizado por Epaustral como una validación del modelo de operación bimodal que conecta puerto, barcaza y carretera. Y no solo eso: también permitió anticipar los requerimientos que vendrán con nuevos embarques en el marco de proyectos de hidrógeno verde o incluso desarrollos científicos de gran escala.
“Se aprendió con rapidez. La experiencia demostró que no es necesario esperar grandes obras para mover grandes cargas, si se cuenta con buena planificación, profesionalismo y colaboración. Pero por supuesto, con las inversiones que estamos ejecutando, podremos mejorar aún más los tiempos y minimizar impactos en la ciudad”, destacó el gerente general de la empresa portuaria.
El caso de los aerogeneradores es especialmente relevante por el tipo de carga que representa: elementos voluminosos, de alta sensibilidad estructural, y cuyo diseño responde precisamente a las condiciones extremas de viento del territorio. Esto obligó a planificar maniobras específicas, considerar detenciones técnicas por ráfagas y realizar traslados nocturnos en algunos casos, para reducir la interferencia con el tránsito urbano y proteger los componentes.
La portuaria estatal, junto con empresas transportistas, autoridades regionales y organismos públicos, coordinó un modelo de operación colaborativo que puede ser replicado en otras zonas del país o utilizado como referente para el diseño de políticas públicas logísticas en zonas aisladas.
Inversiones en la Empresa Portuaria Austral
Por otra parte, la empresa portuaria está ejecutando la mayor inversión acumulada en su historia. Con obras ya en marcha —como el reforzamiento del Muelle Mardones— y otras en fase de diseño y financiamiento, la empresa proyecta que en los próximos cuatro años se invertirán recursos que multiplicarán por siete u ocho lo que se ejecutó en los primeros 25 años de operación.
“Estamos hablando de un cambio estructural. La ampliación de Mardones es un proyecto estratégico, anunciado incluso por el presidente de la República. No solo cuadruplica la capacidad de transferencia de carga del puerto, sino que define un nuevo estándar logístico para la zona austral”, señaló Miguel Palma quien destacó que estas inversiones buscan no solo mejorar la infraestructura, sino prepararla para nuevas demandas: proyectos energéticos, científicos, turismo antártico y atención a programas internacionales. Todo ello con una lógica de eficiencia, seguridad y mínimo impacto urbano.
En paralelo, se proyecta un crecimiento relevante en sus otros terminales, desde Puerto Natales hasta Puerto Williams. En este último, se espera que la temporada 2025-2026 lo ubique como el segundo puerto chileno en cantidad de recaladas de cruceros, superando incluso a Valparaíso. “Puerto Williams se está transformando en un ícono del turismo antártico. La instalación de un hotel y la colaboración con la Armada para recibir carga civil demuestran que la infraestructura portuaria pública puede habilitar ecosistemas de desarrollo territorial, conectando turismo, ciencia y logística”, indicó Palma.

Hacia una gestión más eficiente y conectada en el extremo austral
En paralelo a las inversiones en infraestructura y la expansión de sus capacidades operativas, Empresa Portuaria Austral está impulsando una agenda de transformación digital que busca optimizar los procesos logísticos y administrativos en todos sus terminales, desde Puerto Natales hasta Puerto Williams.
Según explicó su gerente general, Miguel Palma, la digitalización ya no es una opción, sino un imperativo para la eficiencia, la seguridad y la integración de servicios. Especialmente en una región como Magallanes, donde la dispersión territorial y la complejidad climática exigen una operación coordinada y basada en información en tiempo real.
“Estamos desarrollando herramientas propias para digitalizar los procesos de atención a naves, gestión de carga y operación en rampas. Ya comenzamos a implementar una ‘marcha blanca’ que nos permitirá centralizar la administración portuaria en una sola plataforma digital”, señaló. El proyecto de digitalización considera un sistema integral de administración portuaria que permitirá automatizar trámites, optimizar la asignación de sitios y recursos, gestionar tiempos de operación y facilitar la trazabilidad documental.
Se trata de una solución modular que incluye atención digital de servicios a la nave con planificación de recaladas, asignación de sitios, coordinación con agencias marítimas y generación de reportes en línea, gestión de carga en tiempo real con digitalización de procesos de recepción, acopio, embarque y seguimiento de cargas especiales. Además, administración documental electrónica para la eliminación progresiva de trámites en papel y uso de firmas digitales para autorizaciones, guías y manifiestos.
Uno de los aspectos más innovadores del proceso de digitalización es la aplicación de tecnología en rampas de conectividad interinsular y fluvial, que históricamente han sido gestionadas con herramientas analógicas o manuales. Actualmente se están desarrollando sistemas que permitirán la captura automatizada de imágenes y monitoreo en rampa, lo que facilitará el control de flujos, tiempos de embarque/desembarque y el estado de los vehículos.

También sistemas de reserva digital para embarques, en particular para rutas de conectividad subsidiada o de alta demanda y análisis de datos históricos y predictivos, que permitirá anticipar cuellos de botella y tomar decisiones operativas con base en evidencia. Desarrollos que no solo buscan aumentar la eficiencia operativa, sino también mejorar la experiencia de los usuarios —transportistas, empresas, pasajeros— y reducir los tiempos muertos, especialmente en terminales con alta variabilidad climática.
En línea con las tendencias internacionales de interoperabilidad y colaboración regional, la Empresa Portuaria Austral está trabajando de manera conjunta con otros puertos australes como Puerto Chacabuco y Puerto Montt para desarrollar estándares comunes en materia de digitalización. “Estamos compartiendo información y buenas prácticas con los puertos del sur, con el objetivo de crear un ecosistema digital portuario que permita sinergias reales. La gestión portuaria moderna no puede estar fragmentada; tiene que ser conectada, eficiente y transparente”, afirmó Palma.
Este trabajo colaborativo busca avanzar hacia una red austral de puertos digitalizados, lo que abriría nuevas posibilidades de coordinación logística, complementariedad entre terminales y atracción de inversiones para proyectos logísticos integrados.
Resiliencia territorial y cadenas logísticas descentralizadas
En línea con las transformaciones que vive el comercio exterior global, Epaustral está posicionando sus terminales como nodos críticos de cadenas logísticas más resilientes, sostenibles y diversificadas. El objetivo es que la región austral no dependa únicamente del flujo sur-norte por vía terrestre, sino que pueda conectar —a través del mar— con polos productivos regionales, científicos y energéticos en ambos lados del estrecho, incluyendo el corredor binacional con Argentina y el vínculo con bases antárticas.
Esta mirada estratégica se basa en tres principios. El primero es la sustentabilidad territorial, que la expansión de la actividad logística se haga con respeto por las comunidades y el entorno natural, minimizando el impacto de las operaciones portuarias. En segundo lugar, el desarrollo de servicios especializados para generar una oferta logística adaptada a industrias emergentes como el hidrógeno verde, las ciencias polares o los cruceros científicos, y por último, una infraestructura pública con sentido estratégico que permita orientar inversiones con impacto sistémico, más allá de la rentabilidad directa del puerto.
Frente a desafíos que van desde el cambio climático hasta el reordenamiento de las rutas de comercio marítimo, la estrategia de Epaustral no busca solo mejorar indicadores de carga movilizada o recaladas, sino posicionar al sistema portuario austral como una herramienta activa para el desarrollo nacional desde la descentralización.
“Tenemos la convicción de que el rol público de nuestra empresa no se agota en administrar muelles. Nos corresponde anticipar escenarios, coordinar con otros actores y construir condiciones para que nuevas industrias puedan surgir en este territorio. Es una tarea compleja, pero también una enorme oportunidad para Magallanes y para Chile”, concluyó Palma.