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Propuestas presidenciales: Economía y logística en el eje de la campaña

Los programas de los principales candidatos presentan visiones distintas sobre el rol del Estado, sectores productivos estratégicos y la modernización de infraestructura y comercio exterior, con implicancias directas para la logística nacional.
La elección presidencial 2025 enfrenta visiones distintas sobre el papel del Estado en la economía, la modernización de infraestructura y el desarrollo de sectores estratégicos, con implicancias directas para la logística, el comercio exterior y la competitividad industrial. Cada candidatura plantea prioridades diferenciadas, desde un Estado activo y empresario hasta modelos basados en alianzas público-privadas o liberalización total de mercados, afectando la forma en que se ejecutarán proyectos portuarios, carreteros, ferroviarios y de energía.
La agenda logística se encuentra en el centro de la discusión: el transporte de carga, la eficiencia de los puertos, la conectividad regional y los corredores bioceánicos son elementos clave para mantener la competitividad exportadora de Chile. Al mismo tiempo, la planificación energética, la gestión de minerales estratégicos y la digitalización de servicios se presentan como herramientas para reducir costos logísticos, agilizar permisos y fortalecer los encadenamientos productivos en minería, acuicultura, forestal y agroindustria.
Por una parte, la candidata Jeannette Jara propone un Estado activo, con capacidad de invertir directamente, articular la inversión privada y fortalecer empresas públicas en áreas estratégicas como minería, energía y transporte. Su programa destaca la consolidación de la Empresa Nacional del Litio, el refuerzo de Codelco y ENAMI, así como el fortalecimiento de ASMAR y EFE, buscando mantener un control estatal sobre sectores críticos para la conectividad y producción.
En infraestructura, la exministra del Trabajo impulsa proyectos de puertos, aeropuertos, carreteras y ferrocarriles, con la finalidad de reducir tiempos logísticos y costos operacionales. Su programa prevé además una política industrial orientada a energías renovables, almacenamiento eléctrico e hidrógeno verde, complementando la expansión de capacidades para exportación y producción local.
Mientras, en el ámbito de las telecomunicaciones, busca culminar la red 5G y posicionar a Chile como hub digital del Cono Sur, integrando energía renovable, mano de obra calificada y conectividad digital. La visión incluye exportación de servicios tecnológicos y generación de encadenamientos productivos en industrias como la forestal y la naval.

Las propuestas de Kast, Matthei y Parisi
En tanto, el candidato republicano José Antonio Kast plantea un Estado al servicio de las personas, promoviendo inversión privada y alianzas público-privadas en salud, educación, vivienda e infraestructura. Su enfoque logístico incluye la agilización de concesiones viales y portuarias, obras de desalación y reutilización de agua, y la construcción de nuevos caminos y carreteras, con énfasis en eficiencia regulatoria.
Kast prioriza sectores estratégicos como minería, energía, turismo, agua y construcción. Propone diversificación energética con foco en energías renovables y fortalecimiento de la gobernanza de la Comisión Nacional de Energía y del Coordinador Eléctrico Nacional. También promueve la facilitación regulatoria ambiental, buscando simplificar permisos para proyectos productivos.
Mientras, la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, plantea un Estado regulador y facilitador, promoviendo la inversión privada en minería y energía, con un énfasis en modernizar transmisión y distribución eléctrica mediante tecnologías inteligentes. Su programa busca reducir la “permisología” y establecer fast tracks para proyectos de infraestructura superiores a USD 100 millones, priorizando la agilidad en puertos, aeropuertos y redes viales.
La exalcaldesa de Providencia propone una estrategia de minerales críticos centrada en cobre y litio, facilitando concesiones y licitaciones privadas. En energía, su foco está en modernizar redes de transmisión y distribución, asegurar continuidad y tarifas competitivas, y permitir la integración de nuevas tecnologías, con implicancias directas en eficiencia logística y reducción de costos de transporte industrial.
El programa de gobierno del candidato Franco Parisi plantea un Estado facilitador y estratégico, colaborando con el sector privado mediante alianzas público-privadas. Propone concesionar el litio, impulsar capitales ángeles para startups estratégicas y crear una Empresa Nacional de Transmisión con monitoreo IoT para eficiencia eléctrica. Su programa incluye además una Política Nacional de Infraestructura y Logística Estratégica, priorizando corredores bioceánicos y transporte ferroviario de carga.
En sectores como la minería, promueve fondos estratégicos público-privados para innovación tecnológica y sostenibilidad, y sandboxes regulatorios para probar tecnologías en faenas, mientras que en agricultura plantea un portafolio de datos integrados para mejorar decisiones productivas de PYMES. La infraestructura digital, data centers y modernización normativa son pilares de su propuesta para mejorar la competitividad logística.

El proyecto de Artés, Mayne-Nicholls, Kaiser y Enríquez-Ominami
El candidato Eduardo Artés propone un Estado planificador y productor, con reestructuración de la propiedad en sectores estratégicos mediante expropiaciones y participación estatal mayoritaria. Su visión busca independencia energética y seguridad alimentaria, fortaleciendo minería, energía, construcción y logística mediante planificación quinquenal, encadenamientos productivos y control público de recursos estratégicos.
De esta manera, prioriza la industrialización, impulsando la estatización de empresas en minería, energía, alimentos y transporte. Sus propuestas incluyen expansión de capacidad de generación eléctrica, uso de energías renovables y nucleares, y fortalecimiento de la red de transporte y almacenamiento para sostener la producción nacional y garantizar competitividad exportadora.
Por su parte, el expresidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, plantea un Estado facilitador y regulador, con ventanilla única digital para proyectos de inversión, centros de competitividad territorial y fortalecimiento de InvestChile. Busca agilizar permisos en puertos, obras viales y proyectos estratégicos, promoviendo inversión extranjera y privada en minería, energía y construcción.
En su programa propone incentivos para PYMES y acceso a crédito mediante garantías estatales, además de consolidar la cartera de mediana minería y generar encadenamientos productivos con foco en transición energética, electromovilidad y economía digital, con implicancias directas en comercio exterior y logística de recursos estratégicos.
El candidato Johannes Kaiser, en tanto, impulsa un Estado austero y facilitador, con baja burocracia y reglas simples. Su programa propone desregulación, liberalización de mercados y coordinación productiva a través de la Agencia Nacional de Desarrollo Sectorial (ANDES), promoviendo PYMES y scale-ups. Destaca la liberalización del mercado eléctrico y creación de un Fondo Soberano Minero, financiado con un nuevo royalty del 3,5% sobre exportaciones mineras.
En minería y litio, propone privatización parcial o total de CODELCO, revisión de acuerdos de explotación y promoción de inversión privada en infraestructura portuaria y ferroviaria. Su enfoque apunta a aumentar eficiencia en transporte de carga y reducción de costos logísticos mediante modernización y liberalización del sector.
Por último, el candidato Marco Enríquez-Ominami plantea una hoja de ruta para reactivar la inversión y reposicionar al Estado como motor del crecimiento, bajo el concepto de una “Arquitectura Soberana 2025–2030”. Su plan busca revertir la paralización de proyectos de inversión mediante un modelo de cooperación público-privada enfocado en infraestructura logística, energía limpia y vivienda.
Propone una Agenda Pro-Crecimiento e Inversión que movilizaría US$ 21 mil millones en proyectos estratégicos, priorizando obras portuarias, ferroviarias y energéticas para fortalecer la red de transporte nacional. En el plano tributario, el programa incorpora una reforma verde y progresiva, con el objetivo de elevar la recaudación fiscal en más de 3,5 puntos del PIB. Mientras que a nivel productivo impulsa un Nuevo Pacto que contempla la modernización de Codelco y el fortalecimiento de ENAP como actor clave en la transición energética.
En síntesis, los programas presidenciales muestran divergencias claras: Jara, Enríquez-Ominami y Artés proponen un rol estatal más activo y empresarial; Kast y Parisi priorizan alianzas público-privadas con facilidades regulatorias; Matthei y Mayne-Nicholls buscan eficiencia y reducción de permisos; Kaiser apunta a liberalización total y fortalecimiento de las PYMES. La conectividad, modernización de puertos, corredores bioceánicos, redes eléctricas y planificación logística aparecen como ejes clave para el desarrollo productivo y exportador del país.