Comercio Internacional
Industria del kiwi cierra temporada con proyección de 140 mil toneladas

Mercados estables y firmeza en la fruta marcaron el balance 2025. El Comité del Kiwi ya perfila prioridades técnicas y logísticas para septiembre-noviembre, etapa crítica para la próxima cosecha.
Con la temporada prácticamente finalizada, la industria chilena del kiwi proyecta un volumen cercano a 140 mil toneladas. Según el Comité del Kiwi de Frutas de Chile, la campaña estuvo marcada por una mejora en calibres respecto de 2024, fruta firme y con baja incidencia de problemas de condición, aunque con observaciones en machucones y lesiones por manipulación.
En cuanto a mercados, Estados Unidos inició con incertidumbre por los aranceles, pero finalmente mostró una demanda sostenida, fortalecida por el Systems Approach. Europa se comportó de manera positiva, mientras que Brasil valoró las llegadas tardías. “En general, fue un muy buen año”, destacó Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi.
Septiembre abre un nuevo ciclo agronómico con decisiones clave en brotación, floración y polinización. El Comité recomienda avanzar en raleo temprano para alcanzar en noviembre un 80% de avance, regulando la carga floral y evitando la sobreexigencia de las plantas. Además, se proyectan riesgos mayores de heladas, lo que exige inversiones preventivas en sistemas de agua o hélices de viento, con costos estimados entre US$3.000 y US$5.000 por hectárea.
El control de PSA (bacteria Pseudomonas syringae) sigue siendo prioritario, especialmente en combinación con daños por frío. Protocolos de monitoreo deben activarse desde yema algodonosa y reforzarse con programas fitosanitarios si aparecen síntomas como exudaciones o cortes en brotes.
En materia de información, el Comité dispone del Programa de Monitoreo de Huertos (PMH), operativo desde 2012, que entrega métricas de brotación, fertilidad y botones por metro cuadrado, útiles para decisiones de raleo. A ello se suma el boletín mensual KiwiTec y capacitaciones como Los Viernes del Kiwi.
De cara a la planificación, se advierte una alta proyección de yemas por hectárea, cercana al doble de los niveles 2012/13. El Comité enfatiza que este exceso no asegura mayor potencial productivo y que una carga desbalanceada podría afectar calibre, calidad y la temporada siguiente.
En logística, los últimos embarques se concentrarán en Latinoamérica, con operaciones previstas en las próximas cuatro a seis semanas. El cumplimiento de requisitos fitosanitarios —como el control de arañita— será clave para mantener elegibilidad en los mercados de destino y cerrar la temporada con fruta firme.