Comercio Internacional
Aranceles de Estados Unidos a la Unión Europea: ¿Podrían afectar al comercio exterior chileno?

El presidente Donald Trump amenazó a la UE con aranceles del 50%, si bien el plazo de negociación se extendió hasta el 9 de julio, existe la posibilidad de que gran parte de los envíos de ese bloque económico busquen nuevos mercados.
"(Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea) Me preguntó si podíamos trasladarla del 1 de junio al 9 de julio. Acepté y, según ella, mantendremos reuniones con rapidez para ver si podemos llegar a una solución", señaló el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras extender el plazo de negociaciones con la Unión Europea y así evitar un arancel del 50% a los productos procedentes de ese importante bloque económico.
Cabe señalar que el arancel del 10% que tiene actualmente la UE podría llegar al 20% una vez que la pausa arancelaria termine en algunas semanas. Lo que causó incertidumbre fue el aviso del presidente Trump de aumentar ese impuesto producto de los resultados negativos de las negociaciones entre el bloque y Estados Unidos. Una medida de presión que hizo efecto y que extendió nuevamente el plazo hasta el próximo 9 de julio.
Pero, ¿cuál sería la situación si los aranceles a los productos de la Unión Europea suben del 10% e incluso llegan al 50%? ¿Podrían estos países buscan nuevos mercados para la venta de sus productos? ¿Cómo podría afectar a Chile la llegada de estas mercancías a mercados donde los productos nacionales son competitivos?
Para la académica de la Universidad Católica de Valparaíso y ex Jefa de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, Ana María Vallina, "al aplicar Estados Unidos sobretasas, además diferenciadas, la adquisición de los productos a las que se las aplica se vuelve más caro en el mercado doméstico americano, los productores norteamericanos pueden vender a precios más altos, producen más y disminuyen las importaciones".
Agregó que "eso provoca que los proveedores disminuyan el precio, dado que por ser un país grande afecta los precios internacionales. Asimismo, deben buscar nuevos mercados y por eso podrían redireccionar sus envíos a China y a otros países asiáticos".
En tanto, el comercio exterior nacional se mantiene a la expectativa ante esta situación arancelaria en la Unión Europea. “Después de Estados Unidos y China, los principales países destinos de las exportaciones de Chile se encuentran en Japón, Brasil y Corea del Sur, respectivamente. En cada uno de estos mercados China es el principal país de origen de sus importaciones mientras que la Unión Europea también juega un rol importante en sus importaciones”, señaló Antonio Espinoza, investigador del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales.
A su juicio, se esperaría que los aranceles tengan un efecto negativo en las importaciones de Estados Unidos desde los afectados y que “en respuesta podrían redireccionar sus exportaciones a otros países. Para que esta redirección de las exportaciones pueda llegar a afectar a Chile, los productos que desvíen que la UE o China redireccionen a Japón, Brasil o Corea del Sur, tendrían que ser productos en los que compita con Chile. En el caso de la Unión Europea, los principales productos que exporta hacia Estados Unidos son farmacéuticos, maquinaria y vehículos. Por su parte, China exporta principalmente maquinaria y equipo, y productos de mueblería”.
Estos productos no se encuentran entre los principales que Chile exporta a Japón, Brasil o Corea del Sur, por lo que una eventual redirección de las exportaciones, por parte de la UE o de China, a economías relevantes para el comercio exterior chileno a raíz de los aranceles impuestos por Estados Unidos, no tendrían impacto para las exportaciones chilenas. “No obstante, en productos como el vino, donde Chile compite con los países europeos, una eventual redirección de por parte de la UE a países como Japón o Brasil, sí podrían significar mayor competencia para Chile, pero de tener efectos, serían bastante acotados”, explicó el académico de la UDP.
Por su parte, Ana María Vallina aseguró que “de los productos que exporta Chile podrían bajar los precios si la demanda de Estados Unidos es significativa, pero si compiten con productos americanos podrían mejorar. La OMC estima que estas últimas podrían bajar del orden de 12%. Igualmente, podría haber un efecto indirecto de disminuciones de exportaciones de aquellos insumos que se exportan a China si los productos chinos finales le aplican el alza de aranceles”.
En tanto, la académica de la UCV indicó que “el precio de la fruta dependería más de la cosecha y la producción de proveedores del hemisferio sur, y del efecto en el ingreso de los consumidores que tenga la guerra comercial, pero debería ser menor. Cobre en forma indirecta porque no se le aplicaron aranceles a su entrada, como tampoco a la madera. Vino y otros productos manufacturados podrían tener un efecto en su precio de venta”.
En su opinión, la gran ventaja que tiene Chile en el marco de la guerra comercial es “la red de tratados internacionales que ha negociado y que sigue aumentando. Los productos que se basan en recursos naturales deberían enfrentar menor competencia indirecta, excepto posiblemente por Canadá, que tiene gran dotación de recursos naturales. Sufrirían los con mayor valor agregado y posiblemente los servicios si requieren algún contacto de tipo presencial con los clientes, por los temas migratorios”.
Para el académico de la UDP, Antonio Espinoza, no se esperaría que existan efectos en los precios internacionales de los productos a raíz de estas redirecciones de las exportaciones de la Unión Europea o China. “Lo que sí afecta en los precios son las expectativas. Si se espera que China y Estados Unidos demanden menos de ciertos bienes específicos producto de un menor dinamismo en sus economías, genera presiones a la baja en los precios de esos productos, como está ocurriendo en el caso del petróleo”, concluyó.