Entrevista
Alejandro Kusanovic: “Destruir la industria marítima es un error estratégico”

En entrevista con Agenda Logística, el senador advirtió que la Marina Mercante Nacional enfrenta riesgo de desaparición si no se aplican incentivos tributarios y medidas de fomento. La pérdida de flota y empleo amenaza la conectividad austral, la soberanía marítima y la logística del país.
Nuevamente se volvió a instalar en la agenda legislativa la urgencia de fortalecer la Marina Mercante Nacional. A través de un proyecto de acuerdo respaldado por 27 senadores, se plantea que el Ejecutivo debe implementar incentivos tributarios que permitan reactivar la inversión en naves bajo pabellón chileno y evitar el colapso de un sector estratégico para el abastecimiento, la conectividad y la soberanía del país.
En conversación con Agenda Logística, el senador por la Circunscripción 15 de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, Alejandro Kusanovic, reiteró que el primer riesgo que se corre es la desaparición de la Marina Mercante de alto bordo, lo que derivaría en la pérdida de empleo nacional.
“Las tripulaciones pasarán a ser extranjeras, con banderas extranjeras, y eso significa perder soberanía y capacidad estratégica en nuestras rutas marítimas”, sostuvo. A su juicio, el retroceso ya es visible ya que en los últimos 22 años el número de navieras chilenas pasó de trece a solamente cuatro, y los marinos mercantes se redujeron de más de mil a apenas unas decenas.
El efecto más inmediato, aseguró, será en el abastecimiento de las regiones australes de nuestro país. “Si desaparecen las compañías que realizan viajes regulares, como la ruta San Antonio-Punta Arenas, quedaremos sujetos a naves extranjeras que solo traerán carga de manera esporádica. Eso afectará la regularidad, y sin regularidad no hay seguridad en el suministro”, explicó el senador por la zona austral.
En este escenario, el precio de los fletes podría bajar circunstancialmente, pero sin garantizar continuidad en los servicios, lo que pondría en riesgo a comunidades que dependen casi exclusivamente del transporte marítimo. Otro punto crítico es la falta de competitividad de la bandera chilena frente a las banderas de conveniencia.
“Incluso las navieras nacionales que operan en el extranjero prefieren registrarse bajo otras banderas porque las leyes chilenas encarecen la operación. En lugar de destruir la industria, lo que correspondía era hacer nuestra bandera más competitiva”, afirmó. El senador incluso planteó alternativas como generar un régimen especial en zonas extremas, similar a lo que ocurre en Tierra del Fuego, que permita nivelar las condiciones frente a la competencia internacional.
Alejandro Kusanovic comparó la situación chilena con políticas aplicadas en Estados Unidos, Corea del Sur y Brasil, donde se han implementado subsidios o marcos regulatorios para proteger a sus marinas mercantes. “Destruir la industria marítima es un error estratégico. Deberíamos fortalecerla como una política de Estado, no debilitarla”, señaló.
De paso, el senador por la Región de Magallanes y la Antártica Chilena aseguró que el problema radica en que se mira el transporte marítimo de manera aislada, sin considerar su relación con el transporte terrestre y aéreo. “Decisiones erradas en cabotaje terminarán afectando toda la cadena logística nacional”, advirtió.

Incentivos tributarios como motor de desarrollo
El proyecto ingresado por el senador propone que las navieras que construyan naves en astilleros chilenos puedan recuperar hasta un 40% del valor de la inversión vía crédito fiscal. El objetivo es dinamizar la construcción naval local y estimular la renovación de flota con pabellón chileno. “Hay que hacer más competitivo al sector: flexibilizar el régimen laboral, revisar el esquema impositivo y aplicar incentivos que realmente permitan a nuestras navieras invertir”, sostuvo.
El senador Kusanovic advirtió que, al permitir el ingreso de naves extranjeras bajo banderas de conveniencia, los costos del transporte marítimo podrían distorsionarse. “Hoy un contenedor puede costar 3 mil dólares, pero si una nave internacional lo traslada a Chile como carga marginal, lo cobrará en 500. Eso destruye la posibilidad de competencia de las navieras nacionales y, a la larga, elimina la Marina Mercante chilena”, argumentó.
El parlamentario recordó que ya en debates anteriores en las comisiones del Senado advirtió sobre los riesgos de liberar el cabotaje marítimo. “Es como permitir que taxis extranjeros operen en la Plaza de Armas sin pagar impuestos ni cumplir normas chilenas. En nuestro mar territorial rigen las leyes chilenas, y cualquier nave que opere aquí debería cumplirlas”, subrayó.
En su opinión, el problema trasciende a un gobierno en particular. “Esto debe ser una política de Estado, porque lo que está en juego es la soberanía marítima, el empleo y la seguridad logística del país”, recalcó. En esa línea, cuestionó la falta de comprensión del Ejecutivo sobre la gravedad del tema. “He planteado propuestas concretas al presidente y a los ministerios de Hacienda, Economía y Transporte, pero no se han tomado decisiones. Si no se actúa pronto, será demasiado tarde”, dijo.
El senador fue más allá y señaló que abrir el cabotaje sin resguardar a la Marina Mercante es comparable con permitir que empresas extranjeras construyan edificios en Chile aplicando sus propias leyes laborales y tributarias. “Eso sería impensable en la industria de la construcción, pero sí lo están promoviendo en el transporte marítimo. Es una incoherencia que no se entiende”, enfatizó.
En su opinión, la discusión no es solo económica, sino también estratégica. “Chile depende del mar para su conectividad y su comercio exterior. Perder capacidad de transporte propio es ceder soberanía en nuestras rutas australes y antárticas”, indicó.
Finalmente, Alejandro Kusanovic remarcó que fortalecer la Marina Mercante requiere visión de largo plazo y consensos amplios. “Yo di la batalla en el Senado, pero pocos lo entendieron. Este es un tema que conozco porque trabajé más de 30 años en la actividad marítima. No se trata de un interés personal, sino de proteger una industria clave para el futuro de Chile”, concluyó.