Comercio Internacional
Chile y Brasil consolidan integración agrofrutícola con foco en cooperación técnica

Desde la entrada en vigor del Acuerdo de Libre Comercio en 2022, el comercio agrofrutícola entre Chile y Brasil no solo ha crecido en volumen y diversidad, sino que se ha fortalecido sobre la base de una cooperación técnica inédita, que abarca protocolos sanitarios, aperturas recíprocas de mercados y oportunidades de desarrollo para productos con valor agregado.
La relación bilateral entre ambos países vive uno de sus momentos más dinámicos, particularmente en el sector agroalimentario. La complementariedad productiva derivada de la estacionalidad opuesta ha generado condiciones propicias para un intercambio fluido y beneficioso, tanto para los exportadores chilenos como brasileños.
“El vínculo agrofrutícola entre Chile y Brasil es estratégico, dinámico y en plena consolidación. Desde 2022 contamos con un Acuerdo de Libre Comercio que ha dado un impulso clave al comercio silvoagropecuario bilateral”, señaló Ricardo Moyano, agregado agrícola de Chile en Brasil, en entrevista con Frutas de Chile.
Desde Chile, productos como manzanas, kiwis, ciruelas, frambuesas y frutas congeladas han ganado protagonismo en el exigente mercado brasileño. En particular, las cerezas frescas y los frutos secos como las nueces aparecen entre los productos con mayor proyección, especialmente en fechas festivas donde su demanda se dispara.
Por otro lado, Brasil también comienza a posicionarse en el mercado chileno con una oferta tropical de alta calidad. La reciente autorización para el ingreso de la palta Hass brasileña marca un hito en la relación bilateral. “Este avance abre la puerta para que Brasil amplíe su presencia en Chile con productos como mango, papaya, maracuyá o jugos naturales con valor agregado”, comentó Moyano.
Aunque Brasil sigue liderando el mercado global de jugo de naranja, gracias a una recuperación proyectada del 36% en su cosecha 2025/26, Moyano advierte que Chile no compite directamente en ese nicho. “Nuestro país puede ofrecer alternativas complementarias, como jugos funcionales o de frutos rojos, donde tenemos una ventaja en innovación, diferenciación y producción orgánica”, señaló.
Uno de los pilares del buen momento entre ambos países ha sido la coordinación entre los organismos sanitarios de ambas naciones: el SAG (Chile) y el MAPA (Brasil). Este trabajo conjunto ha permitido destrabar negociaciones, establecer protocolos fitosanitarios y abrir mercados con mayor celeridad. “El trabajo técnico ha sido fundamental. Gracias a esta coordinación, no solo avanzamos en aperturas recíprocas, sino que damos certeza a los productores y consumidores”, explicó Moyano en la entrevista publicada por Frutas de Chile.
Pese a su mirada hacia nuevos destinos, Brasil no deja de considerar a Chile como un socio agrícola clave. Solo en 2023 abrió 78 nuevos mercados para productos agropecuarios y, en lo que va de 2025, ya suma otros 20 más. Asia, Medio Oriente y África concentran la mayor parte de estos nuevos destinos.
“Brasil ha adoptado una estrategia activa de diversificación, y está mirando mercados no tradicionales con mucha fuerza. Sin embargo, la relación con Chile se mantiene sólida, basada en confianza, experiencia y complementariedad productiva”, concluyó el agregado agrícola.