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Entrevista

Louis de Grange: “La escasez de conductores de camiones puede afectar a toda la economía”

A juicio del académico, esta problemática debe gestionarse adecuadamente.

El decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales, Louis de Grange, conversó con Agenda Logística para analizar las implicancias de esta problemática que no solo afecta al transporte de carga en nuestro país, sino que en todo el mundo.

La escasez de conductores profesionales en el sector del transporte de carga por carretera es un desafío creciente que afecta a Chile y a muchas economías en el mundo. Se convierte en un fenómeno con una compleja mezcla de factores estructurales, laborales y sociales que incluyen el envejecimiento de la fuerza laboral, la falta de interés de las nuevas generaciones, condiciones laborales poco atractivas y problemas de seguridad en las rutas.

Las consecuencias de esta escasez son profundas para la logística nacional porque generan retrasos en la entrega de mercancías, un aumento de los costos operativos y una menor eficiencia en la cadena de suministro con potenciales impactos inflacionarios. En este sentido, sectores como la agricultura, la minería, la construcción, el retail y la industria farmacéutica son especialmente vulnerables debido a su alta dependencia del transporte terrestre y la necesidad de cumplir estrictos plazos de entrega.

Frente a este escenario, Agenda Logística conversó con Louis de Grange, decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales, para conocer la visión experta sobre las causas, barreras para la formación de conductores y las consecuencias a mediano y largo plazo si no se implementan soluciones urgentes.

¿Qué factores explican esta escasez creciente de conductores en el sector del transporte?

La escasez de conductores en el transporte de carga por carretera es un fenómeno creciente en Chile, y a nivel global, que responde a una combinación de factores estructurales, laborales y sociales. Entre ellos, es posible mencionar el envejecimiento de la fuerza laboral (personas más jóvenes no buscan ejercer este oficio), exigencias laborales que no van acompañadas de buenas condiciones de trabajo, y temas de seguridad en ruta (asaltos y accidentes), entre varios otros. Además, creo que el surgimiento de aplicaciones tipo Uber representa un mercado sustituto para los conductores de camión, con mejores condiciones laborales y mayor flexibilidad.

El retraso en las entregas podría ser una de las consecuencias.

¿Cómo podría afectar esta escasez a la logística nacional?

Esta escasez puede traducirse en diferentes consecuencias. Por ejemplo, retraso y variabilidad en el despacho de mercancías (incertidumbre), mayores costos logísticos debido a la escasez de un insumo relevante como conductores, menor eficiencia e incluso algún impacto inflacionario. En casos más extremos, podría eventualmente interrumpirse ciertas cadenas logísticas y problemas específicos de abastecimiento.

¿Se han registrado alzas en los costos logísticos debido a la falta de conductores?

No conozco documentos oficiales que confirmen un alza de costos logísticos asociado específicamente a una escasez de conductores, pero es importante recordar que esta es una industria altamente atomizada e informal, por lo que disponer de registros oficiales correspondientes a costos por conductores no es simple. Lo qué si hay es una preocupación creciente de los actores asociados a la industria logística, tanto distribuidores como transportistas y comercio en general por este tema.

¿Qué sectores productivos son los más perjudicados por esta situación?

La escasez de conductores de camiones para transporte de carga puede afectar transversalmente a toda la economía chilena, pero ciertos sectores productivos pueden ser más vulnerables por su alta dependencia del transporte terrestre, su sensibilidad al tiempo, o su concentración territorial. Por ejemplo, el sector agrícola que requiere mover frutas o verduras frescas, o aquellos que deben trasladar alimentos congelados o bajo cadenas de frío.

También pueden verse afectados ciertos despachos asociados a la minería, en particular aquellos que requieren de insumos químicos para producir, o repuestos industriales, lo que a su vez puede repercutir en temas de seguridad. Otros sectores relativamente vulnerables pueden ser la construcción, el retail o comercio mayorista, la industria forestal, la pesca industrial, y el sector químico y farmacéutico.

Además de los sectores recién descritos, la industria logística en sí misma también se ve afectada, con cuellos de botella en bodegas, puertos y centros de distribución, generando una especie de efecto dominó intersectorial.

El problema debe gestionarse para evitar consecuencias a futuro.

¿Qué barreras existen para que más personas se formen como conductores profesionales?

Existen múltiples dificultades para que las personas puedan acceder a realizar labores de conducción de camiones bajo un contexto más profesionalizante. Las barreras pueden tener una componente económica, de capacidades, institucionales, o de otra índole más estructural.

Por ejemplo, los cursos acreditados para la obtención de licencias clase A4 y A5 (para conducir camiones pesados) pueden costar cerca de un millón de pesos, a lo que debes sumarle exámenes médicos, psicotécnicos, algunos certificados, y trámites notariales. Todo esto implica recursos económicos y de tiempo. A l anterior se suma que muchas comunas rurales o periféricas no cuentan con centros de formación profesional autorizados por CONASET o el MTT, y hay baja subvención para dichos programas.

Creo que otra importante razón es de tipo generacional y cultural. La conducción profesional no es vista como una “carrera atractiva”, especialmente para jóvenes, debido a jornadas extensas y desgaste físico, condiciones laborales precarias, y escaso desarrollo profesional.

Por último, se deben sumar barreras institucionales. Existe una gran lentitud en procesos de homologación para extranjeros con experiencia y trayectoria previa. Tampoco existe una política pública coordinada para impulsar esta formación como un eje estratégico del país, a pesar del impacto logístico que tiene en la eficiencia, desarrollo y crecimiento del país, lo que redunda finalmente en una mejor calidad de vida de sus habitantes.

¿Qué consecuencias podría tener esta escasez a mediano y largo plazo si no se soluciona?

Si la escasez de conductores profesionales no se aborda con prontitud, Chile podría enfrentar una serie de impactos estructurales en su sistema logístico y económico. En primer lugar, la competitividad de sectores clave como la agroindustria, minería, manufactura y forestal se vería comprometida debido a mayores costos logísticos y una menor capacidad para cumplir con estándares internacionales de entrega.

En segundo lugar, el costo del transporte terrestre tendería a subir sostenidamente, lo que impactaría a toda la cadena de distribución, encareciendo los productos de consumo masivo e incidiendo directamente en la inflación. Paralelamente, la falta de conductores podría incentivar prácticas informales o precarias, con empleadores contratando a trabajadores no calificados o sometidos a extensas jornadas, lo que incrementaría los riesgos de accidentes y afectaría la seguridad vial.

Más a largo plazo, la escasez podría actuar como un freno al crecimiento económico del país, afectando la viabilidad de proyectos productivos en regiones que dependen críticamente del transporte por carretera. Por último, si no se gestiona adecuadamente, esta situación podría escalar en términos políticos y sociales, con presión gremial, tensiones laborales y demandas por subsidios o reformas.