Sostenibilidad
Economía circular: ¿Sabías que más del 50% del reciclaje sigue fuera del sistema formal?

El estudio de Kyklos, encargado por ReSimple y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje, advierte que más de la mitad de los envases y embalajes reciclados en 2024 operan fuera de los sistemas de gestión, limitando la trazabilidad y la eficiencia de la economía circular.
Un estudio independiente encargado a la empresa Kyklos para evaluar el reciclaje de envases y embalajes en Chile evidencia que, aunque el país cuenta con una red activa de reciclaje, más de la mitad del material gestionado no se encuentra formalmente integrado en los sistemas de gestión establecidos por la ley. Este análisis ofrece datos concretos que permiten tomar decisiones más informadas y diseñar políticas públicas efectivas para fortalecer la economía circular.
El estudio, encargado por ReSimple y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), se apoyó en cuatro fuentes principales de información: datos aduaneros, entrevistas a actores clave, información pública y encuestas a gestores de todo el país. El análisis arancelario permitió estimar la producción nacional y las importaciones y exportaciones de materiales prioritarios, diferenciando entre envases con contenido y aquellos listos para ser utilizados en el país.
Se entrevistaron 21 empresas, incluyendo productores, gestores y valorizadores, garantizando al menos dos entrevistas por cada tipo de material. Un 40% de los entrevistados pertenece a ANIR, y la información se manejó bajo estricta confidencialidad para asegurar la transparencia del estudio. Además, se revisaron artículos de prensa, reportes de sostenibilidad y estadísticas públicas, complementando los datos obtenidos.
El estudio identificó que en 2024 existían aproximadamente 1,96 millones de toneladas de materiales postconsumo disponibles para reciclaje, incluyendo cartón y papel, cartón para líquidos, vidrio, plásticos y metales.
“Vemos que un 67% pasó por algún sistema de gestión y si comenzamos a desagregar esta información, vemos que el cartón y el papel tienen el mayor volumen a nivel nacional con cerca de 850 mil toneladas disponibles, de las cuales apenas un 59,4% formaría parte de algún sistema de gestión. Aquí vemos una primera brecha importante y un primer input para poder entender esta diferencia”, explicó Antonia Espinoza, jefa de Estudios de Economía Circular de Kyklos.
Agregó que “un primer input para poder entender esta diferencia tiene que ver con que el cartón se comercializa prácticamente en todo tipo de empresas -grandes, chicas y pequeñas-, incluso nosotros mismos importamos cartón cuando compramos desde cualquier empresa fuera del país. Esto hace que sea un poco más difícil la trazabilidad de este material al ser tantos miles de empresas las que comercializan a través de cartón. Además, eso explica esta baja adhesión que tendría el cartón como un material declarado dentro de un sistema de gestión”.

Más de la mitad del reciclaje chileno ocurre en circuitos informales
El vidrio, con 450 mil toneladas disponibles, presenta un nivel de adhesión intermedio, cercano al 80%. Los plásticos alcanzan 485 mil toneladas disponibles con un 67% de adhesión, mientras que los metales, con 142 mil toneladas, muestran aproximadamente un 65% de integración en sistemas de gestión. Estos datos reflejan cómo la estructura del mercado y la concentración de actores afectan la cobertura de los sistemas formales.
“Si bien hay grandes empresas que comercializan vidrio, como pueden ser las grandes embotelladoras, compañías de vino, etc., aún existe una pequeña proporción de empresas más chicas que podrían no estar adheridas a un sistema de gestión, y vemos que no están formando parte o no se están declarando dentro de los sistemas”, sostuvo la ejecutiva de Kyklos quien destacó que, al analizar el material gestionado efectivamente, el total disminuye significativamente.
Según el estudio, en 2024 se recicló alrededor de 646 mil toneladas, equivalente al 33% del material disponible y con un 43,4% de participación en sistemas de gestión. Esto revela que gran parte del reciclaje ocurre fuera de los sistemas formales, generando una red paralela que no se integra aún al marco legal.
Por tipo de material, el cartón lidera la valorización, con cerca de 420.000 toneladas recicladas, casi un 50% del total disponible, y un 52,7% de adhesión a sistemas de gestión. En cambio, el cartón para líquidos alcanza apenas un 3,2% de valorización, y el vidrio muestra que solo un 21,5% de lo reciclado pasa por los sistemas formales, dejando cuatro de cada cinco botellas fuera de la gestión oficial.
Los plásticos muestran una tasa de valorización cercana al 20%, con un 28,8% de participación en sistemas formales, mientras que los metales alcanzan 18,4% de valorización, con alrededor de un tercio de integración en sistemas de gestión. Esto evidencia que más de la mitad del reciclaje chileno ocurre en circuitos informales, impulsados por recicladores independientes, municipios y empresas privadas, pero sin integración normativa ni financiera.
El estudio también distingue entre material domiciliario y no domiciliario, observando que el reciclaje formal es más alto en residuos domiciliarios, mientras que en el sector no domiciliario muchas empresas aún no participan en los sistemas de gestión, lo que representa un desafío operativo y regulatorio importante. La diferencia es notable en cartón y plásticos, donde la cobertura formal baja drásticamente en el ámbito no domiciliario.
Antonia Espinoza destacó que estos datos permiten identificar brechas críticas y oportunidades de mejora. La integración de actores informales al marco legal, el fortalecimiento de los sistemas de trazabilidad y la promoción de la economía circular son claves para aumentar la eficiencia del reciclaje y su impacto ambiental. Además, contar con información confiable facilita la toma de decisiones estratégicas tanto para el sector público como privado.
Finalmente, el estudio de Kyklos concluye que el éxito del sistema de reciclaje chileno dependerá de la capacidad de integrar a todos los actores involucrados, optimizar la gestión de materiales y consolidar un modelo más transparente, eficiente y circular, que permita cerrar la brecha entre material disponible y material efectivamente gestionado, asegurando beneficios ambientales, económicos y logísticos a nivel nacional.

Ley REP refuerza sostenibilidad y eficiencia en la logística de residuos
El concepto de sostenibilidad en la logística ha cobrado relevancia creciente, impulsando a la industria a controlar su impacto ambiental y a incorporar prácticas responsables como parte de la eficiencia y competitividad empresarial. La Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) se posiciona como una herramienta clave para alcanzar estos objetivos.
La Ley REP establece que los productores y importadores son responsables de organizar y financiar la gestión de residuos generados por productos considerados prioritarios, no solo durante la producción, sino también en la fase post consumo. Esto implica cumplir metas de recolección y valorización a través de sistemas de gestión, regulados por decretos del Ministerio del Medio Ambiente.
Los productos prioritarios actualmente incluyen neumáticos, envases y embalajes, aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, y pilas y baterías, todos con obligaciones específicas de recolección y valorización. La ley comenzó a implementarse en 2023, tras la publicación de decretos que establecieron metas concretas para cada categoría.
Los neumáticos son un caso emblemático por su volumen de consumo y potencial de valorización. Se estima que su uso anual equivale al volumen de un cerro Santa Lucía en Santiago, generando subproductos valiosos como gránulos de caucho, acero y energía. La meta para neumáticos de gran minería es alcanzar el 100% de recolección y valorización en ocho años, asegurando cobertura nacional y no concentrándose únicamente en la Región Metropolitana.
Los envases y embalajes representan otro grupo prioritario, debido a su presencia transversal en el comercio y el alto volumen de residuos que generan, incluyendo plásticos, papel, cartón, aluminio y vidrio. Su valorización es factible y se diferencia entre material domiciliario y no domiciliario, con metas más exigentes para este último en un plazo de nueve años. Actualmente operan 6 sistemas de gestión individual y 4 colectivos para esta categoría.
La implementación de la Ley REP busca no solo mejorar la sostenibilidad y eficiencia logística, sino también consolidar un sistema circular de gestión de residuos que abarque a todos los productores y regiones del país. Según la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, el éxito de esta normativa dependerá de la capacidad de integrar actores, cumplir metas y asegurar una cobertura amplia, contribuyendo a la economía circular y a la reducción del impacto ambiental en Chile.